9.- Traición.

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Los meses siguieron pasando y el trabajo en la mina era muy duro y en cuanto acabaron con la beta de oro en la sección que trabajaban Jamal y Kamel, fueron llevados a otra galería para que iniciaran de nuevo con el monótono trabajo. Limaó un día llevo a Kamel para que lo ayudara a cargar un barril de pólvora que se encontraba en la choza dónde se abastecía de instrumentos para trabajar. Era un tipo de casucha vieja y de madera en dónde se guardaban las sogas, zapapicos, antorchas y todo lo referente a la mina. Llegaron al lugar dónde iban a abrir camino para seguir trabajando. Ya estaba apuntalado para resistir la explosión, Limaó puso la pólvora en lugares estratégicos para abrir paso y les prendió fuego. Les indicó a todos los presentes que retrocedieran y se cubrieran. Después de la explosión Limaó hizo que los hombres se pusieran en movimiento, metieron unos malacates con caballos y con eso jalaron las piedras más grandes. Cuando todos estaban distraídos en las arduas tareas, Kamel tomó una gran cantidad de pólvora con una cubeta de madera con la que se acostumbraba sacar agua cuando se minaba en las galerías. Tomo la cubeta llena del explosivo y fue a la galería donde antes había estado trabajando, con sumo cuidado colocó la cubeta tras unas piedras. Se volteó para regresar antes de que nadie notara su ausencia. En ese momento vio que lo observaba Jamal y que este le decía que no con la cabeza agitándola vigorosamente, con ojos de terror. Kamel le dijo, desesperado por que lograra comprenderlo.

—¿Qué te pasa? ¿cómo de que no? déjame en paz, yo no me meto en tus asuntos, tú no te metas en los míos, de acuerdo.

Kamel molesto quiso pasar por un lado de Jamal, pero este lo detuvo de los hombros y con la cabeza volvió a negar

—Te dije que me dejaras, aléjate, o dime lo que te pasa.

Kamel lo quiso aventar. Jamal abrió la boca y trato de hablar, hacia ruidos inteligibles y se señaló dentro de la boca. Kamel vio dentro de su boca y pudo observar la razón por la que en estos meses jamás le habló, Jamal no tenía lengua.

—Ya te entiendo, pero ¿quién te lo hizo? ¿Fue el amo?

Jamal dijo sí, moviendo la cabeza y produciendo de nuevo un sonido inteligible.

—Piensas que me lo va a hacer a mí sí me descubre.

Jamal volvió a mover su cabeza como afirmación.

—Por eso no dejare que me descubran, si quieres puedes venir con mi amigo y conmigo, en mi patria tu serias libre y vivirías entre mi gente.

Jamal negó con la cabeza.

—Bien, si no quieres huir lo respeto, pero espero que no me descubras, por favor.

Jamal acepto con la cabeza.

—Gracias, ahora regresemos, o notarán nuestra ausencia.

Esa tarde después de la evangelización Kamel no la utilizó para estudiar, si no que quiso aclarar sus dudas con Javier.

—Javier, entonces, dime ¿tú naciste aquí?

—Sí —respondió Javier extrañado.

—Y ¿conoces a Jamal?

—Sí, lo conozco desde que yo era niño y él ya era adulto, ¿Por dónde van tus preguntas, amigo?

—Pues es que descubrí que no tiene lengua y cuando llegue Limaó algo me comento, pues ya ves la curiosidad.

—Ah sí, la curiosidad verdad Kamel, bueno te contare su historia o al menos lo que recuerdo. Lo hago porque creo que te servirá de experiencia. Según sé, él llego siendo muy joven aquí, casi de tu edad, el caso es que era un comerciante muy poderoso allá de donde él era, pero un día unos árabes lo asaltaron, robaron sus pertenencias y a su mujer la violaron enfrente de él y la conservaron como esclava o al menos eso es lo que mi padre contaba, también le dijo que a él lo vendieron como esclavo a los españoles. Él era buen comerciante sabia muchos idiomas, cuando llegó aquí sus ansias de regresar a su tierra y recuperar a su esposa eran muchas, como él trabajaba en la mina en dos años logro descubrir una antigua y clausurada salida alterna de la mina y un día escapo, pero lo descubrieron y recibió un castigo casi tan brutal como el tuyo. Luego pensando que tal vez la unión hace la fuerza, junto a muchos esclavos con su labia, metiéndoles la idea de que todos éramos iguales y que no tenían que vivir esclavizados, convenció a muchos, entre ellos a mis padres para que se revelaran al amó, para que todos huyeran, ¿pero adivina quién era como la mano derecha de Jamal? Limaó sabía todo el plan de primera mano y los traicionó, pensando que en cuanto los encontrarán volverían a ser esclavos, por lo que pidió al amó por su información y fidelidad el que le concediera ser un tipo de esclavo de confianza y poder vivir mejor, al convertirse en capataz. Muchos murieron, entre los que murieron estaban mis padres, capturaron a Jamal pero a él no lo mataron, decidieron dar un castigo ejemplar. Él amó dijo que como con su lengua había engatusado a la mayoría, le quitaría la lengua para que no volviera a tratar de revelarse contra su dueño y señor. Al día siguiente de que enterramos a nuestros muertos se nos puso enfrente del comedor, él amó relato como y porque había sabido lo que sucedería antes de que se llevaran a cabo los planes de Jamal. La razón, claro, fue la traición de Limaó hacia sus compañeros, declaró que por ese acto él se ganaba el lugar de capataz en la mina y que nunca más utilizaría cadenas. En pocas palabras era un hombre libre en una jaula de oro, pronunciado esto le pido a Limaó que fuera el encargado de cortarle la lengua a Jamal. Fue una de las escenas más horribles que han contemplado mis ojos. Sin embargo la peor en toda mi vida, fue ver caer muertos a mis padres a mis pies, como yo era un niño escuálido y poco funcional para los trabajos recios solo me azotaron y en cuanto pudo el amo se deshizo de mi vendiéndome al fraile.

Javier terminó el relato con lágrimas en los ojos, aún no podía creer qué, a su edad, todavía no superara la muerte de sus padres.

—Es por eso qué al conocer a Dios y al fraile pude obtener un poco de consuelo y una vida mejor.

Kamel se sintió mal por lo que les sucedió a los padres de Javier, Jamal y su esposa.

—Lo siento amigo, en verdad lo siento.

Dijo Kamel tomando el brazo de su amigo en un intento de reconfortarlo por su perdida. Fidel llegó por los esclavos como todos los días y los llevó a su cuarto.


Esclavo de Pasión y Odio [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora