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Takemichi siempre fue una niña con una sonrisa en su rostro,  amada por muchos gracias a su belleza e inocencia. Pero no todo podía ser una vida de rosas para la pequeña

—Takemichi—le llamo su padre, causando que la niña dejara de comer su cena— mañana nos iremos a estados unidos—informo sin rodeos causando un pequeño shock en la menor

—¿Qué? ¿Por qué?— cuestiono,  mirando expectante a su padre

—sabes que tu madre ha estado muy delicada de salud, desde hace algunos meses—hablo tratando de no ser tan duro con sus palabras— hablando con familiares, dijeron que en Estados Unidos, hay un doctor que puede ayudar a tu madre

La menor solo se quedó en silencio,  deseaba constantemente que la salud de su madre mejorará,  pero no imagino que eso implicaría alejarse de su único amigo

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Takemichi bajo del avión con la mirada en el suelo, una voz desconocida la hizo levantar la mirada

—vaya, la última vez que te vi solo tenias dos semanas —bromeo un hombre mayor, mirando a la niña

Fue cuestión de algunas horas para que la pequeña entendiera la verdadera razón por la que se encontraba en ese lugar.
Takemichi se encontraba en una sala de paredes oscuras y sofas rojos, que a la vista se podía notar lo costosos que eran. Mientras miraba con curiosidad su alrededor, vio llegar a su padre y el mismo señor que la recibió en el aeropuerto

—bien,—inicio el señor sentándose en otro sofá frente a la menor— imagino que desconoces el porque estas aquí

—papá dijo que mamá podría mejorar su salud

—claro—el señor sonrió y tomo un poco de vino en una copa—eso confirma que desconoces el porque estas aquí querida sobrina—el señor sonrió y tomo una botella de vino—¿gustas una copa?

—solo tengo siete años

—¿y? Yo prove el vino a los cinco—hablo con simpleza dejando la botella de vino a un lado— sere breve, no estás en Estados Unidos —inicio, causando curiosidad en la pequeña— estás en Italia, tu madre está perfecta en su salud y de ahora en adelante, serás la siguiente en tomar el mando de Gregge

—¿Qué?— pregunto confundida, sin entender la situación causando una risa en su tío

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Y tal como le habían informado el primer día, takemichi fue entrenada para ser la siguiente al mando de la mafia Gregge.

—escúchame bien takemichi—le hablo una noche su madre, antes de que la menor fuera a dormir— tú tío hace unos meses se entero que estaba algo mal de salud, tu padre y yo confiamos en ti para que ocupes su lugar en la familia

—¿por qué yo? Era feliz en Japón

—lo sé cariño, pero Gregge ha sido la razón por la que siempre tuviste una vida tranquila fuera de los problemas económicos, gracias a esto, pude conocer a tu padre

—el tío pudo escoger alguna de sus hijas adoptivas

—si fuera así nunca hubiéramos venido, Alexy y Alexa no tienen la sangre familiar, algo que es muy importante en toda nuestra familia, pero como ya sabes tu tía no pudo tener hijos, así que todo Gregge, paso a ti

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Tras el paso de los años takemichi fue dejando aquella mirada inocente y la sonrisa que antes adornaba su rostro, su vida de rosas paso a tener espinas que la obligaron ha abandonar su infancia.
Takemichi miraba con tranquilidad a su tío, quien estaba en una camilla con varios cables a su cuerpo para mantenerlo con vida

★~MASCOTA~★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora