Ocho

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―Tenemos una cabaña que está escondida en el bosque. ―Mingyu se movió detrás de Wonwoo y paso sus brazos alrededor de su compañero. Se sentía bien sólo sostener a Wonwoo. Había sido un día largo y estresante. La única cosa mejor sería hacer el amor con Wonwoo. Pero sabía que la mente de Wonwoo no estaba para eso― Pero eso es sólo como último recurso. Por ahora, creo que estamos bien aquí.

Wonwoo se movió fuera del agarre de Mingyu y se volvió hacia él. Sacudió sus manos alrededor con energía antes de observar la puerta de la sala. ―¿Pero no va la policía a buscarme aquí cuando no me encuentren en tu casa?

―Nuestra casa ―Mingyu corrigió― Y no creo que vayan a venir pronto.

Su compañero le dio una mirada de incredulidad. ―¿Por qué no?

―Conocemos a la mitad de los hombres en la fuerza. ―Y eso era una buena cosa. Scoups había establecido una conexión con lo sobrenatural en su comunidad. Le ayudaba a tener a la gente en los lugares correctos. Eso era con lo que habían comenzado, pero con el paso de los años, los hombres Choi habían hecho un buen número de amigos.

Una de las cejas de Wonwoo se levantó. ―Déjame adivinar. Son shifter. 

Tiro a Wonwoo de nuevo en sus brazos porque quería tocar a su compañero cada segundo de cada día, Mingyu dijo ―Sip. Y somos buenos amigos con la mayoría de ellos.

―Eso todavía no me hace sentir mejor. ―Wonwoo apoyó la mejilla en el pecho de Mingyu. Todo lo que Mingyu quería hacer era consolar a su compañero. Le desgarraba ver a Wonwoo tan oprimido ―No soy un criminal, sin embargo, me siento como si hubiera robado una docena de bancos. No puedo dejar de temblar, y sigo pensando que los policías van a tirar la puerta abajo en cualquier momento.

Wonwoo tenía razón. El chico se sacudía como un loco. Mingyu pasó las manos arriba y abajo de los brazos de su compañero. ―Eso sólo significa que eres una buena persona, Wonwoo. Si no fuera así, no te sentirías mal.

Wonwoo dio una sacudida de la cabeza, y sus hombros se hundieron. ―No me siento mal, sólo asustado. Mi hijo sigue conmigo.

―Con nosotros.

―Sabes lo que quiero decir. ―Wonwoo se apartó para pasearse por la sala de estar. Se detuvo a mirar por la ventana, lo que enervó a Mingyu. Los policías no iban a venir a tirar la puerta abajo― He soñado tanto tiempo con tener a Jungwon conmigo que tengo tanto miedo de que algo suceda y me lo quiten otra vez. Ese miedo es real, Mingyu. Me quita el sueño a veces.

Incapaz de soportar el ritmo de Wonwoo, Mingyu agarró el brazo del hombre y lo detuvo. Él miró a los ojos azules de Wonwoo, tratando de transmitir a su compañero que las cosas estarían bien. Wonwoo no parecía creerle. ¿Podía Mingyu culpar al chico? Realmente no. A pesar de que sabía en su interior que las cosas estarían bien, todavía había una pequeña pizca de duda que se quedaba dentro de él. ―Lo sé. Te he sentido dar vueltas en la cama. Pero tan pronto como enderecemos este lío, y nos libremos de Cyrus, nada va a interponerse en nuestro camino. Vamos a ser capaces de vivir nuestra vida y ser felices.

―Pero de eso se trata. Yo estoy feliz. Nunca he sido tan feliz en mi vida. Pero se siente como un sueño y en cualquier momento voy a despertar para encontrar que Jungwon todavía está atrapado en ese lugar y yo en las calles.

La imagen de lo que acaba de decir Wonwoo hizo que Mingyu apretara los molares posteriores. Cuando habló, él no había tenido intención de añadir un poco de gruñido en su voz, pero no pudo evitarlo. La imagen lo aterrorizaba. ―Tú nunca volverás a las calles. Tú y Jungwon están seguros, Wonwoo. Te lo prometo.

Wonwoo había abierto la boca, sin duda, para discutir, cuando sonó el teléfono de Mingyu. Levantó un dedo y contestó su teléfono. ―¿Hola?

Se quedó allí y escuchó la charla de Scoups. La noticia que su hermano le dio deshizo la bola apretada en el pecho de Mingyu. ―¿En serio?

Mingyu -Meanie/MinWon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora