🍊• 20 ━ El rostro que no le muestras a los demás que aclaró mi mente y corazón

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La jornada de trabajo de Min fue bastante aburrida y no había nada interesante de relatar en ella, simplemente trabajar viendo algunos pedidos, también haciendo algunos informes y lo que no podía faltar firmar varios permisos de la empresa.

Llegada la noche decidió terminar sus deberes, aunque podía quedarse a dormir preferiría ir a su hogar esta vez, cenar ahí y ver algo de televisión.

Así que tomó su maletín junto a su chaqueta para salir del la oficina cerrándola bien con seguro, Hoseok le había perdido un permiso para salir más temprano por lo que este ya no estaba.

Bajó en el ascensor hasta la planta baja, aun habían algunos trabajadores los cuales lo despidieron este reverencias. Ahora fue al parqueo donde fue a su auto y entró en este.

Soltó un suspiro al estar en el asiento del piloto, estaba a tan solo un poco de regresar a su hogar, encendió el auto y manejó hacia su residencia.

En el camino miraba la carretera con una expresión neutra, pasaba por esta ruta todos los días, ya nada le admiraba como antes o más nunca le admira nada.

Quizás fueron veinte minutos de camino cuando pudo ver su residencial, era un apartamento de lujo bastante grande, suficiente para él solo.

Dejó el auto en el estacionamiento del edificio y subió hacia su hogar.

Cuando entró y encendió las luces escucho unos pequeños pasitos ir hacia él, al ver de quien se trataba una sonrisa de gomita se formó en sus labios.

—¡Holly!

El cachorro se lanzó a su amo y este correspondió dándole muchísimos mimos, es que Min Holly es el más consentido del condado.

—¿Cómo estas bonito? Te extrañe.

Aunque el can no iba a contestarle obviamente, tomó esa lamida en su mejilla como un "yo también te extrañe".

Puso sus zapatos en la entrada y se dio paso directo a su habitación donde se cambio la ropa a una más cómoda, ya luego fue a la cocina abriendo el refrigerador, este estaba lleno de suministros sin embargo no tenía ganas de cocinar.

Por lo que se fue a la sala donde se acostó en el sofá tomando su móvil mientras hacia el pedido por la aplicación se le vino a la mente JungKook, habían tenido muchos momentos y últimamente ya no lo veía como antes.

Se sentía un poco mal por dejarlo de lado cuando se supone que son amigos. En el pedido final pidió más comida ya que lo invitaría a cenar, tenía una cierta confianza de que este iba a aceptar su oferta.

Con esa confianza le hizo una llamada.

—¿YoonGi Hyung? Hola me alegra saber que esta vivo — saluda a través de la llamada el niño.

—Eh si, yo, bueno por accidente pedí comida de más... Así que quiero invitarte a cenar, espero que no hayas comido aún — mencionó así como el que no quiere la cosa.

—Justo pensaba que comer, gracias Hyung ahí estaré, ¿puedo llevar algo yo?

—Uh si quieres si

—Muy bien entonces ¡nos vemos!

El ceo colgó la llamada con un suspiro, que bien que JungKook puede venir. Su orgullo aún es un poco grande como para admitir que quería pasar un tiempo con él.

Volvió a la cocina para tomar un vaso de agua, al abrir el frigorífico agarró una botella pero antes de cerrar su vista se poso en una bolsa transparente donde tenía todas las mandarinas que aquel granjero le habían dado hace algunos días atrás.

Mandarinas ✿ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora