redacción ୨୧ kookgi

★ - dieciséis.

Yoongi se encontraba batallando para hacer una pulsera con cuentas de color rojo y blanco, unas con las letras "JK+YG" y una con conejito. Para esto llamó a Hoseok, que vino con Jimin porque no se despegan.

Lo entiende.

"¡tu puedes, Yoongi!"

Le animaba Jimin con un cartel mediano con varios dibujos esparcidos. Jimin era quien tenía la comunicación muy creativa. Escribía algo con algún dibujo acompañado.

Pidió la muñeca de Hoseok para ver si el tamaño estaba bien y este se la dio. Suspiró aliviado cuando al fin dio vuelta en toda la muñeca. Había finalmente terminado.

Hoseok hizo los nudos para finalizar y se la dio a Yoongi.

"Te esforzaste mucho y te quedó muy bien, felicidades"

"Gracias. Aunque no se comparan con las tuyas"

"Qué lindo, pero para ser la primera vez, me ganaste. Hice un desastre cuando empecé a hacer pulseras"

"¿Me tratas de animar, cierto?"

"Sí"

Ambos rieron y Jimin se abrazó a la espalda de Hoseok.

—¿que tanto ríen?

—nada, Minie. Pero mira, le quedó muy lindo— le mostró la pulsera y el pelirrojo sonrió.

—quedó perfecto, a Kook le va a encantar.

Yoongi sonrió y ambos le miraron.

—a veces pienso que puedes entendernos— comentó Jimin. —Pero no creo.

El pálido se mordió la lengua.

Todavía no.

Jimin tomó su cuaderno de dibujo y escribió.

"Yoongi, nos tenemos que ir. Tenemos una cita".

Y unos dibujos de una pata de pollo, una soda y un símbolo "+18". No entendía como a Jimin no le apenaba dejar en claro lo que harían.

Apenas podía pensar en Jungkook sin camisa. Y eso que ya lo vio. El día de su pijamada, Jungkook se fue a poner su pijama y este sin ningún tipo de pena se fue desnudando como si no estuviera ahí.

Joder qué no podía recordarlo porque sentía la cara caliente.

Se despidió de ellos y se fue a su habitación. Mañana era lunes y seria su aniversario de tres meses...

No creyó pasar del segundo... además de que le aterraba un poco pasar de dos meses. Había escuchado que si te gusta alguien más de dos meses... es porqué ya te enamoraste.

Y no era mentira. Jungkook lo enamoraba casi todo el tiempo o sino todo el tiempo. Era surreal la manera en que su corazón latía feliz por una sola tontería o un intento de hablar en libras del peliazul.

Estaba perdido y tenía miedo de que todo acabe cuando menos se lo espere. Pero tenía que vivir...

Jungkook apareció para sacarlo de esa infinita amargura y oscuridad para que viva sin temor a que lo dejen otra vez.