Fourth

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Kyungsoo  se mueve en el nido, su nariz moviéndose buscando algún olor que lo tranquilice o le dé esa paz que necesita, su frente se arruga al no sentir nada. Sus ojos verdes dan paso al mundo con un bostezo que fue tapado por su mano.

Volvamos a dormir, que Abu Young se encargue de la floristería.

Kyungsoo niega, no estando de acuerdo. Con pereza se levanta del nido y camina hacia su baño dando inicio a su rutina de las mañanas.

Al salir a desayunar no se encuentra a su abuela como siempre, sino una nota pegada en la nevera — Salí a comprar despensa, cariño. Tu desayuno está en el microondas. Está tarde, pero te dejé dormir más. Llego a la hora del almuerzo, mi cielo.

Sonríe para después caminar hacia el microondas y sacar su desayuno. Unos minutos después Kyungsoo está abriendo la floristería, algunos clientes ya esperaban desde la puerta.

Su mañana estaba bien, los clientes eran amables al igual que los cachorros hasta que un par de adolescentes se metieron a su floristería a robar unas cuántos adornos y flores sin darse cuenta.

— Oh, no — Kyungsoo niega mientras camina hacia el espacio de su vitrina, apenas recién se da cuenta de que fue robado — Mis flores de cristal — Un puchero se forma en sus labios, esas flores son importantes para él; un regalo de su abuela cuando cumplió los 18, esas flores son su nacimiento por el gusto hacia estas.

Suelta un suspiro, no puede hacer nada. Con el puchero aún en su rostro camina hacia el interior tomando una maceta para ponerla en la vitrina. Con su expresión de tristeza camina sin mirar hacia el frente solo a sus pies, causando que choque con algo y dejé caer la maceta con las flores regándolas — Oops — Ríe despacio mientras levanta las flores.

[🐺]

— ¡Hola, papá! — Sunwoo corre dejando los platos en la cocina — ¡Adiós, papá! — Sale del departamento con prisa.

JongIn niega con una sonrisa mientras camina hacia su cocina. Se prepara un té mientras come unas tostadas que dejó su hijo en un plato tapado. Al terminar lava los platos que ensucio y sube a su habitación.

Unos minutos después, el alfa sale del departamento hacia su garaje.

No olvides comprar el ramo de flores de mamá.

Su lobo le recuerda mientras conduce por las calles de Seúl. JongIn bufa asintiendo, su madre y el amor hacia las flores.

Revisa el papel que contiene el nombre de la floristería antes de dirigirse hacia ella. Al llegar asiente amando la vista del local.

Flores alrededor, un letrero grande; se veía cómodo y lindo.

Estaciona el auto cerca del local, frunce su ceño al ver unos jóvenes salir de la floristería corriendo con algunas cosas en sus manos. Unos de ellos chocó con él enojándolo quitándole la poquita paz que tenía al levantarse — Mira por dónde caminas, niño — El joven Omega se encoge en sí mismo.

— Lo siento — JongIn frunce su ceño viendo con los supuestos amigos del chico salen corriendo olvidando al Omega.

— ¿Qué tienes ahí? — Pregunta con su rostro serio, no importando que sea menor que él — ¿De dónde lo sacaste? ¿Es tuyo? — Su ceja se levanta.

— Y-Yo — El joven Omega mira hacia todos los lados buscando a sus amigos — ¿Sí? — Intenta dar una sonrisa tranquila, pero lo que sale es una nerviosa.

JongIn gira sus ojos ya sabiendo lo que pasa — Dámelo — El Omega aprieta unas flores en una cajita de cristal a su pecho — Niño, no me hagas enojar — Su mano estirada esperando — Sabes que eso no es tuyo y te vi salir con tus amigos — Hace comillas en el aire — De esa floristería — El Omega empieza negar — Niño — Su voz fría y demandante hace que el Omega estire la cajita — Tan amable, gracias.

My different alpha [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora