Epilogo

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Habían pasado 2 años desde esa fatídica noche en la madriguera, dos años donde Hugo cumplió lo que prometió, no convivio con nadie que no aceptara a su madre, por lo tanto, las visitas a la madriguera se habían terminado, la amistad de años con su propios primos se rompió, excepto con Albus, y la relación con sus abuelos se volvió nula, a pesar de lo mucho que los amaba, con los únicos Weasley con los que convivía, fueron su padre, porque a pesar de todo lo amaba y el hombre inteligente se abstuvo de hacer comentarios sobre Hermione, y George Weasley, quien aunque su familia se lo reprochara, él no había podido odiar a Hermione, así que todavía eran amigos, no tan cercanos como antes para no crearle problemas a George, pero de vez en cuanto se veían para almorzar.

Rose, por otro lado, había seguido acudiendo a la madriguera con la condición de que no hablara de su madre, todos los Weasley estuvieron contentos de cumplir esa petición y para ella fue mas o menos normal, eso hasta que empezó una relación con Scorpius Malfoy, su padre no pudo aceptarlo y la estrecha relación que tenían se rompio, ahora cada que se veían era mas por casualidad que por otra cosa y aunque se abrazaban no volvieron a ser los confidentes que fueron en la juventud de Rose, cuando ella llevo a su novio a la madriguera la cosa se puso muy tensa, y antes de irse les dijo a la familia que no volvería, era obvio que ellos jamás dejarían sus prejuicios de lado, y así, los Weasley perdieron una miembro más de su clan.

-¿Estas segura de que quieres invitarlos?- Scorpius miraba a Rose preocupado, no quería que se lastimara.
-Es nuestra boda Scorpius, y ellos me guste o no son mi familia, y para ser honesta no quiero habladurías sobre si alguien vino o no, al menos no queda por mi invitarlos, si ellos vienen, pues bien, y si no pues también.
-Solo no quiero que te hagas ilusiones sobre que van a venir y luego te decepciones porque no lo hacen.- decía el rubio con ojos preocupados.
-Se que esperar- ella suspiro.- francamente estoy mas inclinada a que no vengan pero de nuevo, no quiero quedarme con eso.
-Si estas segura...
-Lo estoy, no te preocupes amor, no habrá nada, absolutamente nada que empañe el día mas hermoso de mi vida.- dijo ella abrazando a Scorpius.- además, las personas que me importan están felices por nosotros, mi mamá, tu papá, los abuelos Malfoy y sobre todo mi hermano.
-Nuestro hermano.- dijo Scorpius con un guiño.
-Si, si nuestro hermano.- dijo ella sonriendo mientras lo besaba.

Hermione y Draco veían como sus hijos se casaban, ambos miraban con amor infinito a ambos, y eran felices por su felicidad, Astoria incluso había venido para la boda y la mujer no paraba de llorar, Scorpius estaba igualmente sorprendido, y a la vez conmovido, su madre nunca había sido tan cariñosa como ese día, en la parte de atrás, estaban la mayoría de los Weasley, excepto Ron, quien estaba al frente mirando un poco ceñudo toda la ceremonia, sin embargo, una mirada de Hugo fue suficiente para mantener la boca cerrada.

-¿Estas feliz?- le pregunto Draco a su hermosa novia, mientras bailaban, mirando a sus hijos en el centro de la pista.
-Mucho,- ella sonrió- hace dos años no encontraba el camino pero jamás me dejaste hundirme en la oscuridad y ahora, Draco, soy inmensamente feliz a tu lado.
-¿Has pensado... ya sabes en que nos casemos?- Hermione lo miro sorprendida.
-¿Eso es una propuesta?
-Si vas a decir que si, lo es, si vas a decir que no, es simple sondeo.- le dijo con una sonrisa coqueta, provocando que Hermione soltara una carcajada.
-Entonces es una propuesta.- él sonrió de oreja a oreja.- si quiero casarme contigo amor.

Draco grito de alegría y la levanto del suelo dado vueltas, Rose y Scorpius contagiados con la alegría se acercaron a abrazarlos, probablemente fue una gran noticia porque ambos casi gritaron también, Hugo veía la escena desde la orilla de la pista y sonreía, él sabía lo que había pasado, Draco se le había acercado para pedirle la mano de su mamá, y le había dicho que se lo pediría en la boda, solo que no sabia en que momento, pero ese parecía ser uno bueno, el pelirrojo sonrió feliz por su madre, hace años que no la veía tan feliz.

DEFENDIENDO A MI MAMÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora