Cada gota es un espejo
que refleja mil veces
el rostro añejo del abuelo,
y la sonrisa debil de la abuela.
La casa apenas iluminada,
y los sueños ya apagados
de una vida que ya se escapa
por cada arruga de los dedos.
Se escucha la lluvia cayendo
sobre el tejado de barro,
gota, gota, tras gota
susurrando con cada sonido una palabra.
Los viejos ya no están solos,
la muerte se mece en la vieja mecedora
esperando paciente
el momento de emprender el viaje.
Nada tenian, nada se llevan
al paseo en la balsa de Caronte
por el rio hacia el otro lado,
por el último viaje.
El abuelo ya lo sabe,
no le dirá a la abuela.
Le toma la mano, diciendole con ese gesto
a la muerte, que ya está listo.
Y así parten, dejando solo un envase vacio,
arrugado y frio,
que antes fueron sus cuerpos,
con los que vivieron a cuestas.
Y los viejos se van al otro lado
con la muerte.
Y la lluvia continua,
como si nada pasara.
La lluvia es lo único que permanece.
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El ciudadano Inerte
PoetryPoemas tristes, cuentos de epocas mejores, fantasias que vuelan en las alas de las mariposas que mueren al caer el atardecer.