Querida puerta

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El infierno, cada cierto tiempo ocurre lo que ellos llaman "la salida" es cuándo un humano habré una brecha que es un contacto directo con ellos, pero eso solo se logra con la sangre de un ángel o un descendiente de estos, algo que es casi imposible que exista.

Estos humanos son codiciados entre ellos, por tener la sangre divina en sus venas, por tanto los hijos de estos humanos tienen una alta probabilidad de heredar la sangre celestial y con ellos cualquier demonio que engendré un hijo tendrá la oportunidad de ya no volver al infierno y estar en la tierra para siempre.

Por aquello los humanos con sangre divina, son extremadamente raros, además de que los que hay son muy pocos y la mayoría de estos descendientes se mezclan con otros humanos haciendo que el gen celestial se pierda. Sin embargo, ocurre ocasiones dónde un humano ni siquiera es conciente de que lo es y abre una puerta.

Y entonces la brecha se abrió, en medio de todos como por arte de magia (cosa que si es), todos los demonios ven aquel portal como un escape de ese lugar que también es una condena para ellos, de los miles solo uno logra poder ser dueño del humano con sangre celestial, pero otro también logro salir del infierno.

El portal era para llamar a un Íncubo, un demonio encargado del placer y la lujuria, pero el demonio que salió no es un Íncubo. Los Hellhound son los demonios con un rango alto en la jerarquía infernal, este se abrió paso entre los demonios de bajo rango, aplastando y arrancando partes de ellos con la mayor brutalidad que su fuerza se lo permite, todo para llegar al humano que lo invoco en sus sueños. Su piel, calor, y el sabor de sus labios. El demonio no los puede sacar de su cabeza, ahora que había una salida, no la desaprovechó.

Al salir se encontró con su invocador, un jóven chico pálido de ojos y cabello semi-largo castaño. Su complexión de cuerpo no era muy fornida, se ve delgado y con facciones delicadas, al demonio le parecieron todas las características de un ángel, su ángel.

Quería conocer más de él, así que tuvo que usar el antigüo método del beso, ya que al hacerlo tenía acceso a todos los recuerdos del castaño, entre ellos logro ver que el menor tiene conocimiento del mundo sobrenatural, eso le gustó, ya no tendría que ocultar su naturaleza demoniaca del humano exepto algunas cosas, también vio que en su infancia conoció a un joven de unos veinte años, era un subordinado de su padre, él murió en un accidente de coche, Stiles y ese jóven eran cercanos, Stiles sentía atracción por aquel joven a pesar de su corta edad, le dolió la muerte de ese jóven que respondía al nombre de "Joel Parrish", el demonio tomo algunas de las características que pudo ver al escudriñar los recuerdos de Stiles.

Una vez logro aprender más de los humanos y adaptarse a este entorno, volvió a buscar a su ángel, podía saber dónde está gracias a la marca que dejó en el humano.

-Pequeño angel, te enseñaré a pecar.

Esas palabras estremecieron más a Stiles que está haciendo fricción contra el bulto del mayor, en la desesperación de Stiles por sentir ese bulto palpitante se quita la toalla para envolver sus piernas en la cintura del mayor.

-Espera, espera -se apresuró en decir el mayor alejándose un poco de Stiles que está confundido por la repentina lejanía. Él mayor le sonríe enseñado sus dientes y pasando su lengua en sus labios, se quita la prenda que lleva puesta, de una manera lenta y sensual deja ver su abdomen. Stiles siente la sangre subir por sus mejillas -, ¿Te gusta lo que ves?

Paso su mano por todo su abdomen hasta llegar a su pecho, con la otra bajo hasta el borde del jeans que traía puesto, el castaño observa en silencio. Las palabras se atoraron con lo siguiente, como si fuera papel el mayor desgarro el jeans quedado completamente desnudo.

Atado al ÍncuboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora