Midnight [ TS JIMSU]

¿2?

Jimin se apartó en cuanto lo percibió.
Y es que él jamás había olido un aroma deliciosamente dulce y menos en estado de celo.

Pero Yoongi tenía ese aroma persistente de clavarse hasta el fondo de su sentido reprimido y animal.

La miel, lo estaba haciendo débil y el complemento perfecto de la fresa, le hicieron temblar sus dedos de las manos.

Juraba por la luna que sus tres aromas eran exquisitos.

Él era un alfa con deseos de involucrarse en el área de salud y pensaba que muchos de sus instintos tendrían que permanecer siempre hasta el fondo de sus deseos carnales cada que se presentarán estas situaciones. Pero esto se ponía muy difícil al mirar el cuerpo acostado del omega.

Solo era un alfa de veinte años completamente inexperto y sensible a sus pensamientos de querer tocar esa bonita piel dulce como el aroma desbordante en feromonas necesitadas de contacto humano.

Yoongi sabía que lo estaba mirando. Sentía la presencia de su lobo y presentía la empatía de su lobo por el alfa encerrado con él.

Se maldijo porque se estaba comportando como un omega temerario. Sabía también, que si abría sus ojos notaría el alfa lo vidriosos que estaban también. Notaría esos ojos grises como la gema de su anillo y tal vez odiaría pensar que su lobo estaba presente en ese momento. 

Pero el frio tacto de las yemas de los dedos ajenos; encresparon los vellos de Yoongi. Apenas era una fricción mínima, pero Jimin comenzaba a derramar gotas picosas de sudor que se resbalaban por su sien.  Y el calor se hizo inminente ante tal deseo de hundirse en esa piel, en aquel cuello pálido lleno de sabor y en querer conocer su aroma mezclado con el de él.

Jimin relamió sus labios con placer y tal vez un antojo de tensión sexual que se estaba acumulando en su entrepierna. Sin poderlo evitar, Jimin delineó con su dedo medio la hendidura de su ombligo, y la osadía le hizo seguir el camino hasta el inicio del borde de su ropa interior. 

Que profano se notaba la estética de Yoongi, con el cabello revuelto y con esa cara de que si soltaba el primer gemido todo se desbordaría en un gusto sensual de deseo de ambos lobos. 

Y es que, el dolor combinado con el placer era un gusto tan acogedor a los sentidos del omega. 

Jimin no se estaba midiendo y con la orilla de su uña empezó alzar la ropa interior. 

Su lobo no estaba razonando y su humano lleno de curiosidad por provocar ese fuego que lo estaba convirtiendo en el malo y lo delataba su sonrisa ladeada.

--Yo te puedo aliviar... -- hablo el alfa.

Un murmuró tan sibarítico a la perspectiva de Yoongi y la necesidad de que le hablara en su oído mientras se metía entre sus piernas sacudió muchas partes de él, esa excitación en su zonas intimas  y el bombeo rápido de su corazón lo tenían dependiendo de un hilo.