1: "El flaco"

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De miércoles a viernes solamente hay 2 días de diferencia, 48 horas nomás. 

Pero para él habían sido eternas. 

No dejaba de pensar en la diariera que fácilmente se había burlado de él y se atrevió a insultar a Los Rollings en su cara. 

Su plan, tan meticulosamente calculado la noche anterior, tenía todas las de ganar o al menos conseguir su cometido.

Callando la alarma al lado de su cama, se levantó de esta somnoliento. Abrió el cajón de su ropero, sacando un par de medias. Rápidamente se las colocó debido al frío que hacía en aquel cuarto

"La próxima vez duermo con las medias puestas, me estoy cagando de frío"

Abrió la puerta del ropero buscando su jogging negro con tiras rojas en los costados del mismo y el pequeño escudo de river en su lado derecho. Pasó por su cabeza la camiseta de Los Smiths, para luego ponerse un buzo rojo encima. 

Salió de su cuarto, dirigiéndose hacia la cocina a tostar un pan con el cual poder untar la mermelada de durazno que había dentro de su heladera. Puso el agua en el fuego, esperando que estuviera a punto de romper el hervor para prepararse unos amargos. Miró la hora en el reloj que había sobre la heladera, 8:13, todavía estaba a tiempo.

Dando las 9, Pablo finalmente estaba listo. Tomó el pequeño bolso que había sobre su sillón, donde llevaba en su interior las cosas que necesitaría para el entrenamiento de hoy.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando notó la bufanda en el perchero. La envolvió en su cuello, acompañando el acto con una pequeña sonrisa que tiraba de la comisura de sus labios. Cerró la puerta detrás de sí bajó por las escaleras de los 2 pisos, para finalmente salir al mundo exterior.

Teniendo que achinar sus ojos para poder ver con nitidez, se dirigió calle abajo en donde se encontraba la parada del 107.

♡*✲゚*。

Del otro lado de la Capital la muchacha se levantó de su cama bostezando, busco las pantuflas debajo de su cama y, cuando dió finalmente con ellas, se las calzó en sus pies descalzos y se dirigió hacia la cocina.

Allí colocó el agua, no para tomar mate, sino que esta vez para prepararse un té de frutilla. Sacó unas pepas de los muebles de su departamento y llevó el paquetito hasta la mesita ratona. Tomó el control remoto que había sobre el sillón, y mientras esperaba que el agua hirviera observó el MTV Unplugged de Soda Stereo que enganchó en un canal de música.

Tarareando la melodía de Ella Usó Mi Cabeza Como Un Revolver, tomó una taza con el escudo de River que era de su viejo y colocó dentro el sobrecito de té. Vertiendo el agua en su interior esperó un par de minutos, sacó el sobre y lo tiró a la basura. Agregando dos cucharaditas a la taza revolvió y revolvió hasta que todo se disolviera.

Caminando a paso lento salió al balcón y se dedicó a tomar de la taza mientras observaba la ciudad que recién comenzaba a llenarse de gente ajetreada, niños yendo a su colegio, y autos tocando bocina por la cantidad de trafico que se acumulaba y se extendía por la Avenida con el paso de los minutos.

Aunque amaba vivir en la ciudad a veces extrañaba la calma que el conurbano le podría otorgar, y más en la noche donde el sonido no parecía descansar en ningún rincón de la Capital Federal. 

Tomó el subte que la dejó sobre la calle enfrente de su puesto de diario. Al abrir las puertas del mismo comenzó a organizar las revistas y CDs que tenía para vender. Cuando finalizó con ello se adentró a lo que para muchos sería una tortura claustrofobica para ella no era nada más ni nada menos que una realidad, la única area de trabajo que tenía.

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