🍁nuevo hogar🍁

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~—del golpe te has vuelto tonta, ¿como no me vas a conocer, Miriam?

no se qué decir ni cómo reaccionar, siento un temor por todo mi cuerpo unas ganas de vomitar impresionantes...no me encuentro bien, es una sensación de alegría y extrañeza al mismo tiempo, estoy tan feliz que me podría morir aquí y ahora mismo

siento como mis ojos se empiezan a humedecerse, pidiéndome que empiece a llorar para descargarlos mientras me echo las manos en la boca —me siento en la cama de la litera de abajo—

~— ¿que te pasa, ¿estás bien? —dice la chica mientras se agacha a mi altura, ya que ella estaba de pie, acto seguido pone una mano en la rodilla—me estás asustando, a ver si te has dado un golpe muy fuerte

~— pero...—no se ni como me salían las palabras de la boca, quiero decirle que quién era, pero si lo hacía iba a quedar como una completa chiflada—¿quién eres tú?, se que es una tontería de pregunta, pero necesito tranquilizarme, lo siento... —digo mientras me quito las manos de la boca y la miro a los ojos—

a pesar de que es de noche la puedo ver por los pequeños rayos de la luz de la noche que llega a transmitir la ventana. Veo que tiene los ojos marrones y el pelo negro hasta por los hombros, recogido en una coleta baja con un pijama de dos piezas, son unos pantalones largos y una camiseta de manga corta, los dos de un color gris claro...puedo llegar ver que va descalza con unos calcetines blancos

~—joder, Miriam —veo como rodea los ojos, se levanta y se sienta al lado mio—me parece absurdo pero bueno —se toca la frente y luego se coloca mejor para verme de frente—soy Alba, he venido a esta casa de acogida provisional desde hace un mes —mira hacía el techo para recordar exactamente cuanto tiempo llevaba aquí— y tú y yo somos las únicas que quedamos...bueno no, queda unos dos o tres niños, pero tú y yo somos las únicas que estamos en esta habitación —hace un gesto con las dos manos, como indicándome si ya lo había entendido— ¿mejor?

~—si, muchas gracias —sonrío un poco, pero sigo estando muy confundida— lo siento por la pregunta estúpida, estoy bien—me levanto de la cama— ¿te he hecho daño al caerme encima tuya?

~—pues claro que sí, si te has echado encima mía —dice mientras veo que hace una mueca de enfado y dolor mientras se toca las rodillas—

~—lo siento, debí de tener una pesadilla —le sonrío y me vuelvo a subir arriba en mi litera—

mierda, no especifique en mi guión que yo quería estar sola en mi habitación o mejor, que era la única aquí salvo dos o tres niños, pero bueno...no pasa nada, solo tengo que ir al jardín que es allí donde estará el portal que supuestamente Peter se habrá dejado abierto.

~—me cago en la puta! —digo muy bajo, prácticamente con los labios porque no sabía que hora era y no quería que se me cerrase el portal—oye, Alba

~—madremia, que haces que no te duermes —escucho un soplido de cansancio —¿que quieres?

~—¿sabes que hora es?

~—hora de que te acuestes de una puta vez, Miriam —se huele a kilómetros que está molesta—

~—no, pero ahora en serio... ¿que hora es? —me estoy empezando a poner nerviosa—

como no me diga la hora pienso quedarme en el jardín hasta que vea algún puto portal

~—pues a ver... —siento como se pone boca arriba en la cama— antes he ido a beber agua...así que fijándome en el reloj eran las...doce, así que serán las doce y cuarto ahora, no lo sé

joder, tengo que darme prisa a irme al jardín y no quiero perder el jodido transporte que me llevará hasta Nunca Jamás. Me levanto de la cama y procedo a bajar las escaleras de la litera

Félix OUAT, algo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora