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"Errores"

El día era soleado y las aves cantaban melodiosamente, los rayos del sol entraban por las vidrieras de la tienda de empeños, haciendo que esta se iluminará de un tono cálido, pero no todo en aquella tienda era alegre.

En la oficina del jefe de aquel lugar se escuchaban gritos y golpes, al otro lado de la puerta se encontraban Tanizen y Noni, discutiendo por milésima vez esa semana y como cada una de esas discusiones, acabando con golpes provenientes del rubio a el de cuernos.

-¡¿Acaso vas a llorar cada que te corrija?!-

-¡¿Y usted me va a golpear siempre que no haga algo que le agrade?!-

Esta vez ambos estaban enojados, después de aquella marca que Tanizen dejó en el cuerpo del menor, ambos habían estado actuando a la defensiva, como si el otro fuese de su propiedad. Estas actitudes pasaron de afectar tanto lo personal como lo laboral, celandose y renegandose la actitud que habían tenido con uno u otro cliente.

-Mira, estoy harto de que coquetees con cada imbécil que entre a la tienda.- Insistió el de barba, viéndose más arrogante que nunca.

-Que no le coqueteo a nadie! Solo estoy siendo amable y hospitalario para que vuelvan a la tienda- se escuso el menor, moviendo las manos para tener más efusividad a la hora le explicarse.

El sonido de una cachetada se volvió a hacer presente.

-Como vuelva a escuchar "esa" clase de comentarios salir de la boca de alguno de los clientes, esto no acabara solo con unas putas cachetadas, entendido?-.

Tomo el mentón del de cuernos y beso la mejilla que había abofeteado, para luego acariciarle y revolverle el cabello.

-Lavate la cara y vuelve al trabajo-.

Después de decir eso salió de la oficina, el de cuernos bufo molesto y adolorido, si bien ya se había acostumbrado a recibir golpes de el mayor lo que más le dolía era que este no tomara en cuenta sus palabras, haciéndole pensar que de verdad estaba equivocado.

Se dirigió a la pequeña nevera que el Rubio tenía en su oficina y saco una bolsa de hielo, se sentó en la silla que había, rogando que su rostro no quedará inchado o irritado.
El silencio inundó el lugar, haciendo que Noni analizara y viera en retrospectiva la situación, pensando en las palabras de su jefe.

-Quizás si fue mi culpa- dijo para si mismo, retirando la bolsa con hielo de su cara y volviendo a ponerla en la nevera.

Se dirigió al baño para lavarse la cara y ver que tan demacrado había quedado esta vez, tomó la crema que Zorman le había dado hace un par de semanas y puso un poco en los golpes más visibles, luego agarro unas curitas con dibujos llamativos y puso algunas en los lugares los cuales estaban más heridas.

Aquella secuencia se había vuelto habitual en el de cuernos, quien cada vez se mostraba más alterado y a la defensiva con la personas que le preguntaban por su estado, llegando a incluso insultar a alguno de sus amigos.

-Noni? Me oyes?- una mano agitandose frente a los ojos de ente hizo que saliera de sus pensamientos.

-Ah? Si, si, dime Ollie- lo miro de reojo con un poco de indiferencia.

El nombrado hizo una mueca de confusión, tomó los hombros del castaño y lo giro hacia el, para quedar frente a frente.

-Te encuentras bien? - habló en un notable tono preocupado, haciendo que el otro solo desviara la mirada y asintiera.

-Solo otra discusión absurda con el jefe- sonrió amargamente, tratando de restarle importancia a su estado.

Aquella mueca hizo que el de rojo sintiera lastima por el castaño, se veía tan magullado y tan débil, sentia que debía cuidarlo.

⊱𝙑𝙄𝙊𝙇𝙀𝙉𝘾𝙀⊰ ⌈𝘕𝘖𝘕𝘐𝘡𝘌𝘕⌋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora