★ - diecisiete.

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Después de pasear por las Murallas De Seúl: Jungkook lo llevó a comer hot dog. Cosa que Yoongi no comía con frecuencia.

—¿puedo...?— Jungkook le hablaba al celular en una video llamada con su mamá. —por favor, por favor, por favor ¡por favor!

—¡Dios, ok! ¡ok! Pero mañana le das un baño a Hera.

—¡Sí, señora! Te amo.

—muéstrame a Yoon— le pidió con una sonrisa. —extraño al pequeño gatito.

Jungkook le dio vuelta a la cámara: mostrando a un Yoongi con las mejillas llenas de hot dog y labios llenos de salsa. Éste no notó que lo estaban mostrando en la videollamada.

—¿muy tierno, no?— dijo encantado con la imagen. Ver a Yoongi comer cosas que le gustan hasta llenar sus mejillas es su mayor pasatiempo.

—es muy tierno— rió su madre. —le mando besos.

—se los daré por ti— le guiñó. —duerme bien, má.

—buenas noches, Koo— le mandó un beso y colgó.

Jungkook fue a las notas y escribió para ponerlo frente a su novio que se está por terminar su segundo hot dog.

"Mamá me dejó dormir contigo, amor".

Yoongi solo asintió. No podía responder teniendo las manos muy sucias. Jungkook rió y se acercó para dejar un besito en sus belfos.

—no tenía idea de que el ketchup pudiera saber mejor en la boca de quien amas— comentó para sí mismo.

El pálido logró leer eso y enrojeció. Jungkook es demasiado lindo para su salud.

Luego de comer, decidieron que ya era hora de ir a casa de Yoon.

Yoongi entró al cuarto de sus padres, moviendo el hombro de su papá para despertarlo

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Yoongi entró al cuarto de sus padres, moviendo el hombro de su papá para despertarlo.

El señor se despertó y vio a su hijo.

¿Jungkook puede dormir aquí? Necesito hablar con él.

Su papá asintió.

—suerte, hijo...— movió los labios.

Gracias, papá. Buenas noches.

Y sin más, se retiró. Entró a su cuarto y vio a su novio con tres botones de su camisa abiertos. Su respiración se cortó al ver su pectoral. Joder qué eran grandes y trabajos como lo marca su ropa...

Se dio cuenta de que lo miraba mucho y sacudió la cabeza. Debía alejar esos pensamientos... por ahora.

Su gato dormía en su camita y el peliazul lo miraba tranquilamente hasta tomar su celular.

redacción ୨୧ kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora