Entonces, la luz se dio a conocer. El aire gélido golpeo la piel suave de la elfa, haciendo que esta quisiera volver a la cama cálida. Lastimosamente esto es inaceptable para alguien como ella. Además, seguramente el albino estaría burlándose de ella por temer a las mañanas frías. Al bajar los escalones llego al comedor, donde como pensaba, todo estaba iluminado por los rayos solares, calentando la habitación fría. Y como siempre, la líder pelirroja estaba esperando con cubiertos en la mano el desayuno.
- Oh, Buenos días Ryuu, ¿problemas para levantarte?- El entusiasmo de la pelirroja la contagio y pudo sonreír solo para asentir.Se fue al lado de ella para esperar a que Emiya llegara con un plata para ambas, como las ultimas semanas.Y así fue, el hombre salió de la cocina con dichos platos tapados. A paso lento se acerco a ambas y se los entrego con amabilidad. Ambas agradecieron estudiadamente, y no esperaron a sus otras compañeras. No había por que hacerlo. Alise y ella tenían que patrullar mas temprano de lo normal. Entonces comieron, disfrutando del sabor, a veces acelerando sin darse cuenta. Emiya solo se limito a sonreír mientras las dos desayunaban.
Entonces, ¿por que?. ¿Por que hay un charco de sangre donde antes estaba Emiya?. Cierto, salvo a todas ellas de una muerte segura. Quería llorar, maldecir, y dar caza a ese maldito grupo. Seguramente todas sus compañeras querían eso. El cuerpo estaba hecho polvo, molido e irreconocible. No entendía por que tuvo que pasar esto a el, Ni tampoco por dio su vida por ellas con una peña sonrisa.