Loco por él

Capítulo Único

Tarde, pero seguro.

Una pequeña historia para conmemorar el cumple de Kaoru. La verdad tenía otra cosa ya planificada, pero esta idea vino a mi y decidí aprovecharla.

Inspirada un poquito por el video musical de "Estoy loco" de Chiquititas 2006 que estoy volviendo a ver. Dioses, Kili se parece demasiado a Kojiro y no puedo dejar de pensar en eso jajajaja

En fin, ¡Feliz cumple, Kaoru!

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Sakurayashiki Kaoru, calígrafo ilustre e inalcanzable por tantos pretendientes, tiene una curiosa fijación por un restaurante italiano en la tradicional Okinawa . La carbonara es decente , había dicho una vez cuando alguien fue demasiado arriesgado como para preguntárselo directamente.

Las reuniones importantes y otras citas casuales suelen ser atendidas en las mesas de Sia La Luce , si no entonces olvídate de la presencia del Sakurayashiki más joven quien, sin lugar a dudas, había amasado una fama tan grande como su fortuna a pesar de sus apenas veintiocho años de edad.

Y hoy, veintisiete de marzo, fue llevado a este restaurante consentido para una cena por su cumpleaños.

El hombre en cuestión que le había extendido la invitación, el más atrevido e insistente de todos, ronda los cuarenta, pero ni siquiera los aparenta dado su atractivo que lo hace parecer más joven de lo que es. Un nombre importante en su industria, un candidato a su altura, que está genuinamente interesado en él más allá de su estatus como calígrafo...

Sin embargo, aunque Kaoru sea discreto con su evidente desinterés, calla un secretito.

Sia La Luce es pequeño y acogedor, llevándote al sur de Italia con su decoración y platillos mediterráneos. Bueno, Kaoru no ha estado en Italia (todavía) pero así es como se siente desde que dio un bocado del plato estrella... No es cierto, fue la peor experiencia culinaria que haya tenido en la vida.

Fue en una tarde de julio. Un cliente lo persuadió para almorzar y él, dado el contrato gordo que acababan de firmar, no pudo decir que no. Disimuló su descontento perfectamente un pie dentro del lugar, esperando algo más a su altura. Pero no le extrañó dado que el hombre mayor era del tipo humilde a pesar de la riqueza bajo su apellido. El vino estaba decente, no podía negarlo, pero la comida... Todo un caso.

Bastó un pequeño bocado para quemarle la boca, debido a la excesiva cantidad de pimienta que brotó su horrible mal humor debajo de su fachada profesional. Se quejó con el camarero y pidió hablar directamente con el chef, al final de cuentas el pobre muchacho no tenía la culpa de la mediocridad de su superior.

Dicho y hecho, en pocos minutos el hombre apareció ante él y Kaoru olvidó cómo respirar por un breve instante. Kaoru es muy difícil de impresionar, por supuesto, pero algo en este hombre alto y musculoso debajo del traje pulcro de chef lo sacudió. El cabello verde rizado y recogido en una coleta, los iris rubíes y amables, la boca extendida en una sonrisa apenada... ¿Qué era lo que tenía que decir Kaoru? Ah , sí, la comida.

Recuperó la compostura pronto, agradeciendo internamente los largos años de experiencia, y se quejó con la barbilla en alto y el corazón acelerado. Hubo disculpas, sin excusas, y la promesa de compensarlo con otro platillo que sin duda le cambiaría la vida. Kaoru, complacido cuando recibe la razón y la atención, aceptó.

Fue entonces cuando esa carbonara de ensueño se ganó su corazón enterito. Y tal fue su reacción que hasta el hombre que lo acompañaba lo notó, regalándome una sonrisa como la de un padre que ve a su hijo contento.