Scarlett Black, prima de Draco Malfoy e hija del único Black que fue seleccionado para ser un Gryffindor, Sirius Black o Canuto; Scarlett vivirá inigualables aventuras, su vida será intensa, pero nada se comparara al amor que le tendrá a un singular...
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Pov. Scarlett
Estaba allí sentada en el gran comedor de Ilvermorny por última vez, había decidido asistir a Hogwarts el próximo año, algo me decía que no podía esperar más tenía que estar allí. tenía mi uniforme en mis manos y miraba fijamente el símbolo de mi casa "Pukwudgie", casa del corazón; Mis compañeros de casa estaban aquí frente a mi algunos con lágrimas en los ojos por ver mi partida y otros con sonrisas melancólicas que transmitían un cálido hasta pronto.
Scarlett: ¿Por qué esas caras largas? -pregunte con la voz quebradiza, por algo éramos la casa del corazón.
Elizabeth: ¡Te extrañaremos! -grito la peli-rosa abalanzándose sobre mí.
Sam: Más te vale escribirnos cada mes niña -Bromeo el moreno, era como mi hermano mayor en estos momentos, siendo dos años mayor que yo fue mi guía al llegar aquí.
Scarlett: Más les vale contestarme, tótem -Le seguí el juego con una sonrisa.
Nos abrazamos, todos, ellos eran como una segunda familia para mí, pero había pensado esto desde hace más de un año y la mayoría lo sabía, y lo apoyaban, eso es lo que siempre amare de ellos, que no importa que saben que las decisiones que tome me harán feliz.
Todos los chicos y chicas de Ilvermorny, desde los más chicos hasta los más grandes, se despidieron de mi victoreando mi nombre y lanzando luces desde sus varitas, pero no cualquieras, eran los colores de Ilvermorny, lagrimas traicioneras salieron de mis ojos empapando mis mejillas, los extrañaría, los extrañaría muchísimo.
Sin más lance los polvos flu a la chimenea para ir a la mansión de los Malfoy, escapándoseme unas lágrimas traicioneras *Los volveré a ver*.
Al llegar a la mansión de los Malfoy mi pequeño primo Draco me vio con una media sonrisa, fui a abrazarlo, pero este solo se quedó allí, hasta que al parecer reacciono y me devolvió el abrazo.
Scarlett: Te extrañe mucho, Bambi -le dije mientras besaba su mejilla.
Bambi era un apodo que le puse para fastidiarlo cuando éramos unos niños, ya que no le gustaba que lo llamara como ese personaje de película muggle.
Draco: También te extrañe, Sparky -dijo, según el parezco una chispa de intensidad y locura, por lo cual me empezó a llamar así.
Narcisa: Scarlett, cariño -hablo mi tía abrazándome- ¿Estás segura de que quieres asistir a Hogwarts? Podríamos volver a inscribirte en Ilvermorny si gustas.
Scarlett: Tía, estoy bien, quiero ir al colegio donde fue mi padre y probablemente mi madre -hable esperanzada- también pasaría más tiempo con Bambi.
Draco: Sparky tiene razón, madre -Intervino él.
Un sonido de bastón contra suelo interrumpió nuestra platica repentinamente, seguido de un fuerte bufido de reproche.
Lucius: ¿Cuántas veces les tengo que decir que no usen esos apodos Muggles tan asquerosos? lo acepte cuando eran unos niños, pero Scarlett ya tienes 15 años y Draco, tú 13, ¿Cuándo van a madurar? -Pregunto con veneno en sus palabras.
Desde chicos tanto yo como Draco sufríamos de la presión de Lucius en nosotros, el más afectado era Draco quien era el que más adoptaba la misma postura que Lucius por los Mestizos y los "sangre sucias", no lo culpaba, pues la crianza es lo que hace a una persona, pero se que ahora el podrá ver que hay más que un estatus de sangre en las personas.
Scarlett: No tiene nada de malo, es divertido -Pronuncie en voz baja, no me gustaba admitirlo, pero me aterraba Lucius.
Lucius: Querida sobrina, te pido encarecidamente que no te metas en la educación que le doy a mi hijo y que no sigas dándoles esos apodos, son ridículos -Pidió, más bien ordeno con ese tono de superioridad que no podía aguantar, odiaba que lo usaran conmigo y más el no poder hacer nada al respecto.
Pero tantos años alejada de ellos me habían servido de mucho, ya no era la niña asustadiza que temía que le alzaran la voz o ella misma alzarla, ahora no tenia miedo de las consecuencias, por que sabe que es lo correcto.
Scarlett: Solo es un juego, y...si usted cree que algo tan... ridículo podría afectar su crianza sobre Draco, temo decir que desmerita mucho sus habilidades de crianza o talvez es que no tiene la autoridad suficiente -Imite su tono de voz, su altura era superior, pero mi determinación también lo es.
Una sonrisa se poso en el rostro del rubio platinado mayor, era una sonrisa de irritación, pero a la vez de superioridad, algo estaba a punto de hacer.
Lucius: Eres idéntica a tu padre -Dijo aun con esa sonrisa, fruncí el ceño, nada bueno podría venir ahora- Esperemos que no termines como el.
Y allí estaba, su ataque puede que no sea físico o siquiera pareciera serlo, pero él sabia que era lo que más me dolería, sabe que amo a mi padre y que estoy en contra de la acusación que le hicieron, también que mi meta más grande es ser ministra de magia para poder sacarlo de allí. Lucius Malfoy sabía como herir a las personas y lo hacía de maravilla.
Scarlett: Preferiría eso a terminar siendo como usted -Murmure por lo bajo, no quería que Draco estuviera envuelto en más problemas- iré a dejar mis cosas en mi habitación -Anuncie después de estar en silencio matando a mi tío con la mirada.
Subí las escaleras de forma rápida, mi habitación era la más apartada de las otras, con un extenso balcón que daba a los rozales. Respire con profundidad la fragancia de las rosas llegaba hasta mi habitación, complementados con los tonos perlados de la habitación era simplemente hermoso el estar aquí, sonreí con tranquilidad y una idea surco mi mente.
Tome mi escoba del bolso al cual le había echo un hechizo de expansión, tenia planeado ir al bosque, amaba estar allí cuando era pequeña.
me puse algo más cómodo y discreto, unos jeans verde musgo, una camisa básica blanca, mis botas negras y mis guantes de cuero marrones, ate mi cabello en una coleta y me dispuse a sobrevolar los rosales para después partir al bosque.
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