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La gatita tenia una cara molesta mientras iba en el transportador en manos de Jiwoo, ¿ para que la llevaban a una veterinaria si ella ya sabía lo que tenía ?, además Yeojin iba cantando una ridícula canción infantil que le hacía doler la cabeza. Definitivamente su mal humor no quería irse.

Unos minutos más tarde observó como Jiwoo abría una puerta haciendo sonar una campanita, el lugar no era muy grande, al contrario era un espacio reducido, pero cómodo y bien ambientado.

— Hola Haseul, marqué la cita para una hora más adelante pero se me presentó un pequeño contratiempo y tuve que venir antes, ¿ es mucho problema ? — fue lo primero que dijo Jiwoo al encontrarse con la especialista, hablando amenamente con la chica de la recepción.

La mayor dejó de lado su conversación para poner mejor atención a la chica frente a ella.

— No, para nada Jiwoo, estoy libre a esta hora, podemos pasar al consultorio de una vez — Invitó la mayor y Jiwoo asintió siguiéndola cuando comenzó a caminar hacía una de las puertas que estaban el el pequeño local.

Entraron a aquel lugar dónde estaba una camilla y algunos equipamientos médicos, Jiwoo colocó sobre la camilla el transportador y abrió aquella reja que mantenía preso a la gatita, esperando que esta saliera apenas fuera dejada libre, pero eso no sucedió.

Jiwoo se asomó mirando a su gatita recostada sin ninguna intención de salir al exterior.

— Vamos Hyunjin, sal — llamaba Jiwoo pero la gatita hacía caso omiso, ignorando cada una de sus palabras.

— No me pueden obligar, humanas inútiles — Maullaba la gatita.

La chica bufó por lo necia que era su mascota, debía hacer las cosas por las malas.

— Hyunjinnie~ — Llamó esta vez metiendo su mano y tomandola por su patita, no quería lastimarla, así que esperaba no hacerlo mientras tiraba con cuidado de su extremidad.

— No te atrevas Jiwoo, por favor.

Sus garritas se enterraron en el interior del transportador mientras tiraban de ella, intentando sacarla, lo que ocasionó un ruido bastante molesto sumándole sus maullidos de clemencia, un desastre.

Haseul al ver que la chica menor no podía solo decidió meter las manos en el asunto ayudándole con la gatita testaruda.

Cuándo al fin se rindió de su insólita lucha la recostaron en la camilla, mientras Jiwoo relataba los extraños síntomas y cambios que su gatita había presentado últimamente, Haseul asentía escuchando y revisando superficialmente a la gatita como era normal en cada una de sus citas.

Palpó sobre su estómago y Hyunjin chilló disgustada, pues estaba muy cerca de sus pequeñas crías, lo cual no era de su agrado.

La veterinaria se sorprendió ante la acción, volviendo a tocar con mas detalles, en búsqueda de sentir algo diferente, recibiendo la misma respuesta un tanto salvaje del animal.

— Mnm, creo que empiezo a entender que es lo que sucede — Haseul mantuvo a la gatita boca arriba para confirmar su hipótesis y palpó un poco más abajo de dónde lo había hecho hace un rato.

Mininas 웃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora