A GAME BETWEEN YOU AND ME || Ghostface +18

Un juego entre tú y yo

Advertencia de contenido: consentimiento dudoso, amenazas de violencia y probablemente algunas otras cosas jodidas que olvidé. Es porno sobre un asesino ficticio, así que será un poco jodido.

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Te sentaste en tu escritorio en silencio, escribiendo febrilmente en tu teclado y tratando de hacer tu tarea un poco atrasada para finalmente poder liberar tu mente de la universidad por la noche. Miraste hacia afuera, la oscuridad lo envolvía todo por lo que no podías ver el contorno de los árboles muy claramente. Fue un poco aterrador, pero eliges no insistir en ello. Tenías que terminar este ensayo. El tono familiar de tu teléfono te sacó de tu estupor concentrado.

"¿Hola, quién eres?" Dijiste que esperabas no sonar enojado cuando pusiste tu teléfono en altavoz y lo pusiste al lado de tu teclado para que pudieras intentar terminar tu trabajo.

"Hola 'T/N'. ¿Cómo estás?" Una voz profunda y suave respondió a través del teléfono.

"Ocupado. ¿Quién eres tú?"

"Hmm, creo que sabes quién".

No respondiste de inmediato, los recuerdos de la visita anterior del asesino inundaron tu mente. Como si pudieras olvidar cómo el hombre enmascarado entró en tu habitación, te chantajeó y se salió con la suya. Te estabas mintiendo a ti mismo si decías que lo odiabas, no que jamás lo admitirías ante  nadie.

"Wow, pareces reprimido", el hombre al otro lado de la línea casi ronroneó. "Creo que necesitas un poco de distracción".

"Sí, no lo creo, señor. Ni siquiera sé su nombre".

"Bueno, si insistes... puedes llamarme Ghostface o Ghosty si quieres".

"¿Fantasma?" Te burlaste, finalmente deteniendo tu escritura para agarrar tu teléfono. "Vamos, inventa un mejor apodo".

"¿Preferirías llamarme maestro?"

Te encogiste un poco, sacudiendo mi cabeza. "Asqueroso, amigo. Vamos". Dijiste, tratando desesperadamente de ocultar la vergüenza en tu voz.

"Oh, vamos, cariño. Hemos hecho esto antes, así que no te hagas el difícil ahora".

"Voy a colgar", murmuraste, con la cara calentándose. Eras muy consciente de lo apretados que estaban tus pantalones y esperabas que Ghostface no se diera cuenta. Nunca escucharías el final si él se diera cuenta de que te excitaste en cualquier pequeño juego que te estaba haciendo jugar. Tu teléfono volvió a sonar como sabías que lo haría y suspiraste profundamente.

"Dios, ¿qué quieres?"

"Cuélgame otra vez y te cortaré el hermoso cuello".

Cerraste los ojos con fuerza, deseando que la amenaza hubiera matado tu creciente erección. "Detente, por favor. Realmente tengo que terminar este ensayo".

"Pero puedo decir que ya estás tan excitado", se rió entrecortadamente en el micrófono de su teléfono. "¿Cómo vas a poder terminar tu trabajo así? ¿Cómo va a terminar mi pobre zorra mi trabajo tan distraído?"

Un gemido salió de tu boca mientras palmeabas el bulto de tus pantalones, incapaz de resistir el placer que tanto deseabas. Lo escuchaste reír de nuevo. "Ahora está mi buen chico. Entonces, ¿quieres que te ayude?"

No respondiste, queriendo decirle que no, queriendo salvar tu ego, pero sabiendo que tu voz finalmente te traicionaría. Te tragaste un gemido, palmeándote de nuevo y corcoveando en tu mano.

"Mmm", gimió el asesino con una carcajada. "Sé que quieres,  zorra . Solo usa tus palabras y tal vez incluso te recompense si logras ponerme duro. Quiero escuchar tu patética vocecita rogar por mí".