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Andy: Oigan, no estoy muy seguro de esto sinceramente.
Beck: Emma, ya sabes que odio las putas discotecas.
Moore: A ver, si les digo que este lugar está cabrón, no miento.
Beck: No pienso bailar, mi habilidad es estúpidamente nula.
Moore: Confíen en mí, ya reservé el escenario. Llegamos, tocamos, nos tomamos unos tragos y la gente caerá sola.
Andy: A no ser que tú cantes, probablemente se espanten.
Moore: Mira quién lo dice, tú cantas como una enchilada suiza.
Beck: Qué.
Andy: So.
Beck: No jodas.
— A continuación, los chicos llegaron a la puerta para entrar al club bajo tierra, esta era muy discreta, pero no reflejaba ni de lejos lo que se escondía detrás. Al pasar, en el primer pasillo se encontraba un guardia de seguridad resguardando la puerta, los chicos se acercaron e interactuaron con él.
Bob: Hola, soy Bob, el guardia.
Moore: Hey, ¿qué tal bob?
Bob: Muestren sus credenciales.
Andy: ¿Cuáles credenciales?
Moore: Las que hicimos para poder entrar aquí.
Beck: Ejem, las que hice. Par de inútiles.
Moore: Sí sí como sea, aquí están...
— Entregaron las credenciales al guardia y este comenzaría a revisarlas para ver si cumplían con los requisitos.
BECK:
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