Única parte

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—Yamaguchi, no tengo tiempo.—
Dijo el más alto al chico de pecas.

Se había vuelto costumbre, el rubio los últimos meses había estado ignorando al menor, lo hacía a un lado e incluso había dejado de compartir con él sus tiempos libres.
— lo siento Tsuki, no te volveré a molestar— dijo sonriendo tranquilamente.

Cada uno continuó con su día, los entrenamientos y sus estudios.
El menor poco a poco se veía más apagado, cada vez se veía más delgado e incluso se veía pálido. No solo su estado de ánimo había desmejorado, también su salud.

Aquel día en el que tenían un partido de práctica importante Yamaguchi no había llegado, Suga y los demás se encontraban preocupados, pues debían empezar hace 1 hora atrás. Finalmente el pecoso llegó, se acomodó rápidamente y le informó a los demás que tuvo un problema en su casa, el partido transcurrió con normalidad y Yamaguchi al estar en la banca solo se dedicaba a observar a los demás, aprovechó para tomar unas cuantas fotos y videos del partido y finalmente entró a jugar.

El partido acabó, Daichi habló con el pecoso a solas y los demás fueron a sus respectivas casas; al capitán le preocupaba el comportamiento del menor además de que era el único que había notado las marcas de sus piernas y sus brazos aquella vez que lo vió en el vestidor , Yamaguchi solo se defendió diciendo que ahora se encontraba trabajando así que a veces se lastimaba.

Los días pasaron, y el pecoso cada vez hablaba menos, se quedaba dormido en clase, llegaba a duras penas a la institución y de milagro aparecía a los entrenamientos. Los de tercero se encontraban preocupados y avisaron a sus maestros para ver si podían hacer algo por el menor.

Cómo era de esperarse, el chico Tadashi dejó de aparecer en clases y no se supo nada de él, pasaron unos cuantos días y nadie daba con su paradero.

—Tsukishima deberías ir a su casa, eres el único que sabe en dónde vive— le reprocharon hasta que el rubio se Hartó y decidió dar una pasada por allá.
Él sabía que Yamaguchi prácticamente siempre estaba solo debido a que su mamá era enfermera y trabajaba duramente para ella y para su hijo.
Entró por la ventana como solía hacer cuando eran pequeños y subió a la habitación.

"Hey Tsuki, cómo estás? "

Tres días después en la escuela se encontraban todos reunidos. Se escuchaba el viento fuerte abrazando las hojas de los árboles y el canto de las aves.

—Ha Sido un tiempo difícil, pasaron muchas cosas, de verdad es una triste noticia que sin duda alguna deja a todos sus seres queridos sin palabras. Muchas veces perdemos el rumbo y nos salimos del camino sin tener una mano amiga que nos ayude a regresar y con tristeza hoy enviamos nuestras condolencias como institución a la familia del joven Yamaguchi Tadashi, quien nos ha dejado y se ha acercado al cielo para poder descansar.

Se escuchó un silencio abrumador después de las palabras del director y al pasar un rato todos volvieron a sus respectivos salones, menos sus amigos... Bueno, aquellos que fueron sus amigos.

Los chicos del club iban en total silencio, algunos llorando, otros iban abrazados, algunos sostenían las manos de otros dándose así una fuente de apoyo pero el más afectado era el rubio, quien no parecía asimilar la situación.

"... Yo estoy genial."

El funeral fué algo relativamente silencioso, la madre de Yamaguchi lloró en silencio y se aferró a su mejor amiga quien la sostenía fuertemente. Las horas pasaban y poco a poco las personas que asistieron se fueron retirando, caída la noche solo quedaba el rubio y la madre del ahora difunto Yamaguchi.

—lo lamento tanto— finalmente soltó el chico de gafas. Su voz estaba quebrada y no paraba de llorar mientras le rogaba al cielo que terminara con su sufrimiento y le pedía perdón a la madre del que alguna vez fué su mejor amigo.

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⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

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