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El jóven Hwang a penas abría sus ojos, los rayos del sol iluminando sus dorados cabellos. También lograba oír a las doncellas que le servían, despertandolo a través de la puerta con una voz delicada.

- Estoy despierto. - avisó entre un bostezo.

Un par de estiramientos fueron suficientes para espabilarse, destapandose. Se sentó sobre la cama y se colocó sus pantuflas, dirigiéndose a la silla de su escritorio dónde, la noche anterior había dejado la ropa que usaría ese día, era una costumbre que había empezado a hacerla hace bastante tiempo. Agarró las prendas, eran una polera de color negro y unos jeans azules prendas que su mejor amigo le había prestado, su madre siempre lo regañaba por usar ese tipo de ropa, pues no era digno de un chico de clase tan alta cómo él, no era lo único en lo que su mamá lo reprochaba, a veces era molesto que cada mínimo detalle sea tan obvio para los demás, ¿acaso no era alguien cómo todos? Okey, era un vampiro de clase alta pero seguía teniendo sentimientos, podía seguir teniendo equivocaciones, no era un robot.
Aquella palabra, "robot" se la había enseñado Jeongin, porque a pesar de tener conocimiento de su existencia, ignoraba su significado, esas cosas tan raras que inventaban los humanos, agradecía no ser uno. Y entonces se dignó a salir de la habitación, listo para desayunar solo otro día más, las sirvientas estaban a su lado atentas en lo que fuese a pedir, pero no hablaban, eran muñecas que solo obedecían órdenes, eso lo aburría, ¿Todos los vampiros "inferiores" a él se completaban así? ¡Que aburrido! Prefería tener que casarse con un humano, no lo veía cómo mala idea pues no les tenía miedo u odio como otros seres. Las chicas que le eran presentadas eran muy mhmn, cómo él. No se gustaba a sí mismo, le gustaría alguien más aventurero, alguien masculino, no le gustaban las mujeres... Y eso estaba bien, Jihyo no era alguien homofóbica, pero no sabía cómo explicárselo, no le salían las palabras cada vez que lo intentaba.

Escuchó nombrar a su amigo, terminó su desayuno a la velocidad de la luz y no sin antes dar una reverencia, salió del lugar en búsqueda del único que parecía entenderlo.

- Por todos los Dioses, al fin llegas, podía llegar a morir si estaba un día más en ese desayuno con silencio tan torturador, ¿sabes? Es demasiado aburrido estar con gente con la que convives todos los días en el mismo lugar, en cambio tú, no te veo tan seguido y eso significa que podemos hablar de todas las cosas que n-

- Hyu, estás hablando demasiado rápido, respira. - Hyunjin se burló de sí mismo, era demasiado hiperactivo cuando un poco de felicidad se encontraba en él. - Tengo que contarte algo muy muy importante.-

Comenzaron a charlar sobre que a Yang le gustaba alguien, era una chica, se llamaba Tzuyu, aquella noticia contentó demasiado a Hwang, el cuál no podía dejar de saltar de la emoción, pero pronto esa felicidad se vió interrumpida porque un vampiro de aura oscura tomó a Jeongin y lo acorraló, el humano gritó y fue entonces cuando su par se encargó de empujar al adverso. -¿Qué carajo hace? ¿Acaso no sabe qué aquí está prohibido beber sangre de humanos con vida, quieres ir preso?- alterado, se acercó al más alto, empujándolo y sintiéndose más irritado cuando la sonrisa con aires de superioridad seguía ahí.

- Oh, así que en este reino se permiten a los humanos. - murmuró colocando su mano en su propio mentón. - Creí que solo estabas mintiendole para después matarlo. Que reino tan extraño.- continuaba el tono tan irritante que Hyunjin quiso gritó y se permitió hacerlo.

- ¿Quién eres? ¿De dónde vienes y por qué juzgas a mi imperio? - murmuró, haciéndole una seña a Jeongin para que se alejara. - No lo voy a matar sabiendo que aquí está prohibido, ya cálmate, niño. Soy Lee Minho, la mano derecha del rey Han, provengo del reino Luna de sangre. -

- Soy Hwang Hyunjin, hijo de Jihyo, doncella de la emperatriz Eloise. - murmuró con un toque de incomodidad en su voz, su rostro seguía tenso, no sabía que esperar del chico frente a él. - Veo que ambos somos cercanos a los líderes de nuestros reinos, jóven. Por cierto, ofrezco mis disculpas por lo de hace unos momentos, a tí y al chico a tu lado. - de repente su narcisismo había desaparecido y fue entonces cuando el rostro de Hyunjin se había tranquilizado.

La conversación se terminó con un "está bien, vámonos" de Jeongin y una reverencia del educado Hwang, no les interesaba seguir la charla, tuvieron muy mala impresión y no anhelaban volver a verlo.

La noche empezaba a caer y era hora de que el mejor amigo del jóven se vaya, siempre lo acompañaba a casa porque era peligroso que vaya solo, después de todo Hyunjin solo debía transformarse y volver volando a su hogar, nada malo podía pasar

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La noche empezaba a caer y era hora de que el mejor amigo del jóven se vaya, siempre lo acompañaba a casa porque era peligroso que vaya solo, después de todo Hyunjin solo debía transformarse y volver volando a su hogar, nada malo podía pasar.

O quizás sí, como cruzarse con ese estúpido vampiro con el que habían tenido esa escena durante el mediodía.

Pero para suerte del jóven, no pasó.
Tenía que averiguar más, ¿Por qué estaba en su reino? O más bien, ¿Por qué estaba en su casa? Y lo peor era que debía despertarse más temprano de lo habitual para alcanzar a su madre -la cuál estaba durmiendo- desayunando y poder preguntarle.

Love in the blood. - HYUNHO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora