Capítulo 1 (Parte 2)

24 2 1
                                    

  Amelia tocó la puerta del baño. Estoy segura que me escuchó mis quejas mientras inducía el vomito. Ella entró, no dijo nada se acomodó detrás de mí y sostuvo mi cabello. Igual que siempre.

-Te dije que era una mala idea. No me escuchaste, jamás lo haces.

 No contesté, no porque no quería. No podía.

 Ella siempre hacia eso. Sincerarse mientras estoy vomitando, creo que sabía que era la única forma en la que realmente le prestará atención.

-¿Sabes? Nunca me contaste que te dijo ese chico y, no es que me importe, pero eres mi hermana y tu psicóloga dijo que necesitabas una distracción. No lo sé, tal vez hablo mucho y no pienso nada pero estoy preocupada por ti Carla.

-Deja eso- dije en cuanto me detuve el vomito-, estás loca hermana. No sabes nada de...

 No acabé mi oración, tuve que volver a mi lugar. La cabeza en el retrete mientras Amelia sostenía mi cabello y yo presionaba mis ojos para no ver y llorar.

-Solo digo que lo pienses. Creo que no lo sabes pero escuché parte de tu conversación con Daniela a través de la puerta está mañana- suspiró y ató mi cabello en una cola de caballo mientras yo seguía vomitando- . Necesitas nuevos amigos y pensé que tal vez podrías ir a visitar a las chicas del centro de rehabilitación, hablar con Abril sobre que necesitas consejos y más tiempo. Si no consigues subir de peso vuelves a entrar, porque sé que no volverás a matarte.

Cuando terminé, me giré en su dirección y le dije -Creo que jamás lo hice. Si lo hubiera hecho no estaría aquí en el piso del baño vomitando.

-Está bien, intentaste matarte. Lo importante es que puedes hacer lo que quieras. Te ayudaré, pediré una sesión con Abril e irás a Collins mañana, ¿qué te parece?- dijo mientras se levantaba del frío piso y se dirigía a la puerta.

Me levanté y me dirigí al lavamanos- Me parece que ya lo decidiste.

-¡Entonces estamos de acuerdo! Buenas noches, hermanita.

 Salió sin decir otra palabra. Dejándome sola con todos mis problemas. Pero sinceramente la idea de Amelia llama mi atención, hay algo en esa idea que me hace tener esperanza. Tal vez si veo lo mal que están mis amigas- como dijo ella- y le digo a Abril que me dé un plazo, podría sobrevivir hasta que mis padres lleguen de sus vacaciones en un par de días más.

 El problema es que no puedo convencer a Abril, ella siempre tiene la última palabra. Cada vez que intento decirle que se equivoca intenta decirme que yo soy la equivocada y, para arreglar eso, debo admitir que ella siempre está en lo cierto mientras que yo lo único que hago es engañarme a mi misma y a las personas que me rodean. Sin embargo, siento que esta vez me escuchará, me dirá que la idea es buena porque se le ocurrió a Amelia y que, como ella me quiere, debo hacer algo que la haga feliz antes de que concrete lo que no he podido hacer por mi miedo a la sangre y las personas-ella diría algo así.

 Cuando termino de asearme en el baño, voy a mi habitación y le escribo a mis padres un correo electrónico para hacerles saber que necesitaré dinero en mi cuenta de ahorros para comenzar a hacer algún deporte o buscar algún club para pasar el tiempo por recomendación de mi terapeuta.

 Me recuesto en mi cama mirando el techo. Mi techo es de color negro y le dibujé, justo sobre mi cabeza, unos ojos desafiantes, juzgadores y controladores cuando salí por primera vez del centro de rehabilitación. Quería sentirme juzgada con protección y, sobre todo, vigilada. Necesitaba saber que alguien, que no fuera mi familia, se preocupaba por mí y no se me ocurrió mejor idea que dibujar unos ojos sobre mi cabeza. Así cada vez que sienta que estoy haciendo las cosas bien, esos ojos me dirán ¿Estás segura, Carla?  Y  sabré que debo volver a intentarlo hasta que lo consiga.

 El problema es que no importa cuántas veces lo haga bien o mal, esos ojos me miraran de la misma forma.

 Pero hoy siento que esos ojos me están desafiando. Están diciendo que no podré enfrentarme a Abril mañana, que fallaré y que todo será una terrible y maldita confusión que terminará conmigo en el centro de rehabilitación, papá pagando la cuenta, mamá destrozada y Amelia preocupada.

 Pero prometo que no fallaré, que haré todo lo que Abril indiqué mañana si aprueba este pequeño trato que nos beneficia a todos. Ella siempre quiso hacerme un seguimiento, como un experimento, y esto podría ser su excusa para hacerlo.

-No esta vez- Le susurro a los ojos sobre mi antes de que todo se vuelva negro y caiga en un profundo sueño.


***

-¿Estás consciente de lo que me estás pidiendo, Carla?-dice Abril desde su escritorio mirándome a los ojos- Es un gran riesgo, ¿qué pasa si no lo consigues?

 No llevaba ni un minuto sentada en ese viejo sillón y ella lanzó la pregunta. Algo me dice que cuando Amelia llamó le dijo todo su plan y Abril aceptó muy feliz atender este pequeño conflicto interno que ella cree que tengo porque la hace sentir útil.

-Hola, Abril. Ha sido un fin de semana muy agotador, ¿Ha pasado algo nuevo desde que estuve aquí el viernes? Ya sabes las cosas pueden variar mucho en... ¡cuatro días!- Abril suspira y me hace un gesto con la cabeza que significa dime que pasa mientras toma su estúpido bolígrafo-Escucha, sé que Amelia debe de haberte contado lo que pasó ayer en el centro comercial y que luego de todo ese agotador día, me dijo la brillante idea que te mencionó ayer cuando pidió que me atendieras hoy.

-¿Centro comercial? Ella solo mencionó que le dijiste sobre lo que hablamos la sesión pasada y que tuvo la idea de que visitaras a las chicas en el centro, ¿qué pasó en el centro comercial?

 Maldición.

 Abril parecía muy interesada, no dejaría pasar esto así como así. Ella quería que le cuente todo lo que sucedió ayer y yo no estaba de humor para decirle las cosas absurdas que me hice con mi hermana, como ver una película romántica.

 Pero lo hice de todos modos. Asentía a cada palabra que le decía, no se perdió ningún detalle. Le conté sobre la llamada de Daniela, el correo electrónico con mis padres, la salida al centro comercial que incluía la comida, la película, la tienda de discos el libro y el café, además de hablar con un extraño, cuyo nombre era Carter. Le conté sobre como no vomité por lo que parecía todo un día, me felicitó cuando lo mencioné pero su sonrisa cambió cundo le dije que no pude resistir más y vomité.

-Ya veo- dijo cuando acabé mi historia y comenzó a escribir en mi ficha clínica-, creo que esto es muy bueno. Creo que si prometes hacer cosas así todos los días aceptaré el trato de no enviarte a rehabilitación.

-Bien, pero no quiero hacer eso todos los días. Fue demasiado, en especial la parte del libro. Amelia nunca había gastado tanto dinero en mí.

-Creo que lo hizo para que te sintieras a gusto, bueno eso y lo de la película. No sé porqué te dejó sola con ese chico. Pero tengo mis teorías, ¿quieres escucharlas?

-No, pero te diré lo que ella me dijo- Abril soltó el bolígrafo y cruzó los brazos sobre el escritorio de caoba. Yo la imité- Dijo que pensó que ese chico me invitaría a salir o algo así. Ella no sabe qué fue lo que hablamos. Creo que pensó que era mi oportunidad de "salir más" y "despejar mi mente" o algo así- dije haciendo comillas con los dedos en algunas de las frases.

-Bueno, es lo mismo que pensaba yo. Además de, ¿por qué no vas a la joyería del centro y preguntas por ese chico?

La miré perpleja, esa no era Abril- Hoy debo ir a ver a las chicas al centro y...

-Olvídate de ellas por un día, creo que tu hermana tiene razón. Debes conseguirte un nuevo amigo. Daniela no te comprende pero te ayuda a despejar tu mente. Salen, hablan, van de compras, ven películas hablan sobre chicos o, bueno, ella habla sobre sus chicos pero ¿y tú? Solo le sigues el juego y hablas porque conoces a esos chicos aunque jamás has estado con uno.

-¿Me estás diciendo que quieres que yo olvide a mis amigas y vaya tras un chico que no conozco?

-No, no es un extraño. Él se presentó, no es tan extraño. Pero sí, quiero que hagas eso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 30, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Quién seré?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora