Capítulo 1 - Rutina

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Desde que tengo memoria me han dicho que el bien siempre triunfa sobre el mal; que el héroe siempre vence al villano y salva a la chica... pero ya no estoy tan segura de eso.

Todo cambió cuando lo conocí.

— ¡Al!

— ¡Voy! — bajé las escaleras corriendo y me encontré con Mítica en el mostrador, tenía una bolsa de cartón en las manos.

— El pedido de la Sra. Cárdenas — me la entregó y se dio la vuelta sin verme.

— ... ¿Estas molesta o algo? — le pregunté, me pareció extraña su actitud.

— Solo estoy preparando los demás pedidos que tienes que entregar — sacó más bolsas y me las entregó.

"El día de hoy hay mucho trabajo" pensé.

— Rápido, no pierdas tiempo — me ayudó a cargar la mitad de los pedidos y colocarlos en mi bicicleta.

— Nos vemos luego entonces — me despedí y me puse en marcha.

"Primero entregare los pedidos que están más cerca" comencé a planear mi ruta, y pensé en lo agotador que sería entregar todos esos pedidos, cuando se me vino a la mente que pronto sería el aniversario de mi tienda, se cumpliría un año desde que abrimos, eso dibujó una sonrisa en mi rostro y todo el cansancio se esfumó.

Luego de una media hora terminé con la primera mitad de los pedidos, definitivamente necesitaba un carro lo más antes posible. En realidad, no esperaba que la gente tuviera tanta demanda por el té, pero tiene sentido, la mayoría de nuestros clientes son personas mayores.

La siguiente entrega era para la Sra. Cárdenas. Siempre me ha parecido una mujer muy dulce y es una de nuestras clientas más antiguas, desde que abrimos siempre ha pedido lo mismo: una bolsa de manzanilla y un pastel de zanahoria; y siempre se lo llevo hasta su puerta cada semana.

— Buenos días — toque la puerta de su apartamento.

Escuche ruidos dentro y seguido de eso se abrió la puerta y apareció una dulce anciana de cabello plateado y ojos grises, aun en camisón.

— ¡Sra. C! — la empujé delicadamente dentro del apartamento — ¿Cuantas veces le tengo que decir que no salga así? — la reprendí como siempre.

— Cálmate, hija ¿quién se va a interesar en este saco de huesos? — me contestó con una sonrisa, como siempre.

Solté un suspiro de cansancio. "No sé ni porqué me molesto" me dije a mi misma.

Un extraño sonido me sacó de mis pensamientos, eran como golpes volteé a ver ambos lados del pasillo, pero no vi nada, así que de nuevo me enfoqué en mi trabajo.

— En fin, aquí tiene su pedido — alcé la bolsa en su dirección.

Un estruendo nos hizo saltar, giré rápido en su dirección, un extintor se hallaba en el piso del pasillo con trozos de madera alrededor, tragué saliva. Algo no estaba bien. De repente un hombre con ropa oscura salió disparado del cuarto con la puerta rota y corría hacía nosotras. Detrás de él aparecieron otros dos hombres.

Me lance sobre la Sra. C y caímos dentro de su apartamento. Alcé la mirada justo cuando el primero de ellos pasaba por la puerta. Nuestros ojos se cruzaron. Sentí algo en el pecho. Cuando escuché que los demás se acercaban, cerré la puerta de una patada.

Podía sentir mi corazón latir en mi pecho. Respiré profundo para tranquilizarme. Entonces recordé a la señora C, me volví hacia ella rápido.

— ¡Señora C! — me levanté del piso y la ayudé a hacer lo mismo —¿Está bien? — No podía creer que me lancé sobre una viejita — Lo siento mucho, perdón.

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⏰ Última actualización: May 11, 2023 ⏰

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Besando al villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora