❝Either you bleed with me or you bleed for me...
That's your choice. Either way, it'll be a scream baby! ❞
Donde Lyds Greystone se enamora del nerd compañero de cuarto de su mejor amigo.
Suena tan simple como parece, excepto que no lo es. Ethan Land...
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BLEED WITH ME — CAPÍTULO QUINCE ( Y te amo )
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— ¡Aléjate de ella!
— No puedes salvarla Ethan.
— ¡Aléjate!
Ethan Landry gritó con todas sus fuerzas. Golpeó, arañó y dio puñetazos hasta que su propia hermana se alejó de él, todavía con la máscara de Ghostface. Sabía que en algún momento tendría que ocurrir, que Lyds no podía haber salido completamente indemne, pero le enfurecía igualmente. Si hubiera tenido el cuchillo encima, habría destripado a Quinn allí mismo por pensar, ni por un puto segundo, que estaba bien. Dañar a su Lyds; la misma chica que yacía detrás de él en el suelo, con las manos aferradas a la puñalada abierta en la espalda mientras se desangraba.
— ¡Jodete!
Debería haberles dicho que la quería, para quedársela.
La sangre se derramó sobre la piel de Lyds, tiñendo de rojo intenso el jersey amarillo de Ethan, y la chica soltó un grito estremecedor. Retrocedió arrastrando los pies, desesperada, hasta que su espalda chocó contra la pared y soltó otro sollozo. Pero esta vez, a pesar del sufrimiento, la agonía, el dolor y la sangre, no lloraba por sí misma.
Amber la había apuñalado más de una vez, estaba familiarizada con el dolor, pero presenciar cómo el cuerpo de Ethan se elevaba por encima del suyo, verlo luchar mientras descansaba en el precipicio de la hoja del asesino, infundía un terror en sus huesos, ser incapaz de ayudarlo era totalmente paralizante.
Su visión se nublaba a cada momento.
— ¿E?
Él no. No su Ethan.
— ¡Déjalo en paz!
Y así como así el asesino se apartó de Ethan en favor de Lyds.
— ¡Es mía! — Ethan gritó
Lyds luchó por ponerse en pie, dispuesta a luchar, con la herida aún supurando sangre, mientras Ethan propinaba un puñetazo en toda la mandíbula al agresor. El asesino trató de huir de él, pero Ethan siguió empujándole, siguió siguiéndole hasta que casi había echado al psicópata, ensangrentado y golpeado, de la habitación.
