Capítulo I: "Fake Smile"

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* "¿No te has preguntado por qué ya no dejo que me veas? 

¿Acaso no te has dado cuenta de cómo estoy por tu culpa?" *



Lo siento mucho, hermano mío.

No soporto este infierno, la desesperación se apoderó totalmente de mí y estoy tratando de buscar una salida.

Sí, soporté tres años este maldito lugar, pero créeme que ya no puedo más. He de irme.

Tío Russell me está ayudando. Habló con mamá y la convenció de dejarme ir a vivir con él. 


Con dolor en el pecho y heridas en el alma, Christian Brooks se quedó dormido. Refundido entre las sábanas blancas parecía un chico como cualquier otro. Al verlo, nadie sería capaz de pensar siquiera en los problemas que pasaba.


Sonó la alarma del despertador, tan puntual y hostigosa como siempre.

Los ojos pardos de Christian se abren al instante y sus piernas brincaron automáticamente, dejándolo de pie frente al espejo.


— Malditas ojeras. —Pensó él mientras tomaba el morral negro colgado en la silla, junto a un escritorio totalmente desordenado, y colocaba en su interior los fólderes repletos de documentos que necesitaría para terminar los trámites en la nueva universidad.


— Ficha de matrícula, formularios, recibos de pago. —Suspira. —Todo está listo.


La vibración provocada por su teléfono celular hace que Christian se separe de sus cosas y se siente en el borde de la cama.


— Chris, ¡Paso por tu casa en este mismo instante! —Dice una voz.


— ¿Matthew?, ¿Estás loco? No puedo creer que estés despierto tan temprano. ¿A qué se debe ese milagro?


Christian y Matthew ríen.


— Tenía que despedirme de mi gran amigo, ¿Creías que me olvidaría de ti? —Respondió Matthew. —Por cierto, ¿Jacob está por ahí?


— ¿Él también vendrá? —Preguntó Christian. Suspiró, no le gustaban las despedidas. —No, no ha llegado nadie.


— No puedo creerlo, maldito imbécil. Tendría que haber llegado hace más de 20 minutos.


Dicho esto, Matthew colgó.


Un suspiro hace que Christian vuelva a la realidad.

Matthew, su gran amigo. Sin duda lo extrañará demasiado.


En unos días, comenzará una nueva vida en otra ciudad. Una nueva carrera en una de las mejores universidades del país.


Christian se entristece al pensar en Aaron, su hermano.


NO SE LO DIGAS A NADIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora