orquídeas rojas

Era una tarde nublada, me dirigía a mi hogar como siempre solía hacerlo; yo era un joven normal, amaba a mi familia, me iba bien en la escuela y tenía muchos sueños y metas por lograr.  lLegue a mi casa y ví la cara dé mi mamá impactada, como si algo extraño ocurriese, pero ella decidió guardar silencio hasta la cena, dónde sentados junto a mi familia, explicó su angustia; un grupos armado de la guerrilla había tomado un pueblo cercano al nuestro, y probablemente ya se dirigían a nuestro hogar; me llene de angustia y temor, pero lo único que podía hacer era continuar el trance normal de mi vida, ya qué no teníamos recursos para huir y otros pueblos cercanos ya estaban invadidos por la guerrilla.

Al día siguiente durante la escuela se escucharon gritos de horror seguidos de varios disparos que anunciaban la llegada de la guerrilla al pueblo, a causa de esto salimos temprano del colegio para dirigirnos lo más rápido posible a nuestros hogares, fui corriendo a mi hogar aterrorizado, las calles estaban llenas de sangre y cadáveres de otros padres de familia, al llegar a mi pequeña casa aprecie lo más doloroso que perseguiria mi vida hasta la muerte; un grupo uniformado frente a mi familia posicionada en el frente de la casa, y a segundos de mi llegada, cuatro disparos acabaron con la vida de mi padre y hermano mayor. Grite aterrorizado lo cual hizo que el grupo se percatara de mi presencia, pensé que me asesinarían pero en lugar de lanzar un quinto disparo, el que parecía ser el líder del grupo me tomo del cuello de mi camisa, vendo mis ojos y me llevaron hacia la selva tropical frente a los ojos de mi dolida madre inundada en llanto. Sentía el suelo inconsistente de la selva y el canto de las aves que allí habitaban, llegamos, desvendaron mis ojos y lo primero que ví fueron filas de entrenamiento militar llenas de jóvenes que aparentaban mi misma edad, alrededor de un paisaje diverso lleno de flora y fauna, pero lo que más destacaba  eran unas orquídeas alrededor del campo  que en lugar de sus colores rosados característicos, poseían un color rojo fuerte, el grupo de la guerrilla no me dió el tiempo suficiente para contemplar el paisaje y  me ordenaron enfilarme junto al resto para el entrenamiento militar, y allí inicio mi entrenamiento, se me era difícil concentrarme con el pesado y duro recuerdo de mi padre y hermano asesinados, pero debía hacerlos a un lado para salvar mi propia vida, ya que si no le servía a la guerrilla sabía que tendría el mismo destino que mis familiares.

Fueron largos meses de entrenamiento pesado,  hasta que llegó la hora de batallar, caminamos por la selva camuflados, pero un mal paso mío llevo a que el ejército nacional nos descubriera conllevando a una gran lluvia de balas, corri aterrado y me escondí trás un gran árbol junto a una bella orquídea de color rosado pastel y con mi vista en ella no podía sacar de mi cabeza el recuerdo de mi familia. Pararon los disparos y entre mis recuerdos escuché al comandante buscarme entre la recién masacre, seguí escondido detrás de aquel árbol, aterrorizado y consciente del respectivo castigo por mi error; en el momento menos esperado ya había un arma frente a mi cabeza y segundos después el sonido de un disparo espanto toda entidad en aquella selva, una pequeña gota de mi sangre salpicó la bella orquídea, cuyo tono cambio inmediatamente al rojo fuerte de las demás, marcando el fin de otra víctima y una madre que sigue esperando la llegada de su hijo.