Antes De Rendirme

sentimiento

Sentí el sol brillante en mi cara,Mover la mano y sentir un cuerpo al lado mío me lleno, aunque suene muy raro me dio un sentimiento de felicidad.

Mi hermana se había tomado el día libre debido a que íbamos a visitar la casa y recoger lo que quedaba en ella.

Su pelo caía por su frente,sus labios estaban entre abiertos,se veía tan pacífica,saber que había pasado por tanto...

—Alice?

—Dime .

—Estas lista?

—No lo sé.

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Nos bañamos y nos pusimos ropa cómoda,Era hora.

Mi tía flor estaba en el comedor, viendo las cuentas de servicio,que pagaba junto a mi hermana.

Su cara de sorpresa fue notable,claro,no había visto que mi hermana y yo nos habláramos, ni tampoco que saliera de la habitación.

—Estan listas?.

—Si—Mi hermana respondió por mí.

Nos despedimos con un gesto,y Mi hermana tomo las llaves del coche,Nos subimos a el coche moderno,negro, automático que teníamos,lo poco que nuestros padres habían dejado de ellos .

Era aproximadamente una hora y 45 minutos para llegar al que era nuestro hogar,ver mi universidad,mis amigos,esa ciudad...

Mi tía vivía en un pequeño pueblo,ella casi no estaba en casa de ella,mantenía en la nuestra,porque mis padres y ella se iban a trabajar juntos al pueblo,pero ya no iba a ser así...

Me dormí casi todo el camino,me desperté por el sonido de la música y mi hermana tarareando la canción.

—Lover,No te cansas de Taylor Swift—dije con un tono divertido.

—ja,ja que graciosa claro que no.—hice un bufido y seguí concentrada en el camino.

Empeze a ver el hermoso paisaje que ya reconocía y se me hacía doloroso verlo,recordar cuando mis padres siempre que pasábamos parábamos para verlo mejor,de las cosas que nos dejaron nuestros padres,el amor a los atardeceres.

Empezamos a cruzar el camino rocoso hacia la casa,se oían los ladridos de los perros de la casa y la manguera roceando el jardín.

-Llegamos—dijo mi hermana viendo la casa blanca con ventanales enormes ,de cuatro pisos amplios.

Nos bajamos del carro ,Al instante vino la señora de la limpieza, Rosita ,una mujer admirable que siempre tendría el aprecio de los de su familia.

-Alice y Abril ,bienvenidas de nuevo a su hogar.—y nos abrazo fuerte, tal vez demasiado.

Las dos le devolvimos el abrazo a Rosita, y sentí como alguien peludo se abalanzó hacia mi, haciéndome caer.

—LUNA BAJATE DE LA NIÑA—Dijo Rosita, mientras intentaba apartar el regalo que me dieron a mis 13 años, al ver mis padres notarme solitaria.

Le había puesto Luna, porque en las noches siempre veía la luna y pensaba que era una amiga, alguien a quien admirar, y poder confiar—Sí así se sentía de solitaria, pero mirar la luna me hacía sentir diferente.

Me empecé a reír, esa sensación, no la sentía desde...eso.

Ese hormigueo en mi ombligo al reír, la cara de mi hermana de felicidad al verlo, Luna lamiendo mi cara, un momento sinceramente que no olvidaría.

Casi se sentía extraño volverlo a sentir.   

-Ven párate-dijo mi hermana con una sombra de sonrisa