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una semana habia pasado y realmente no era nada facil adaptarme adecuadamente. despertaba y me tomaba minutos recordar que no estaba en la modernidad en aquella pequeña cama y el pequeño apartamento donde vivia

cada dia sin falta matt aparecia mientras me arreglaba para darme los buenos dias, este dia habia despertado un poco tarde pues no habia podido dormir bien y tampoco me sentía bien imaginaba que era normal mi cuerpo no era débil pero hacía frío y me obsesionaba tanto mi cuerpo que no comía bien ahora que trataba de comer todas mis comidas y comer un poco más cada día me sentía bastante mal

Alexander ¿cuanto llevas ahí? - padre e hijo me miraban cada uno diferente, no podía descifrar a Alexander pero matt estaba preocupado -

Lamento molestarla señora, nuestro hijo quería verla - bostece un poco y me senté acomodandome -

Matt - se bajo de las piernas de su padre y lo ayude a subir a la cama -

¿Mamá se siente mal? - hablaba bastante bien era necesario para los estándares nobles -

Estoy bien matt - acaricie sus mejillas sin poder evitarlo y reí al ver su puchero -

Las sirvientas estaban preparando el baño mi esposo ya se había ido y matt seguía en la cama conmigo mientras veía a las doncellas peinar mi cabello

Aun cuando seria aburrido para cualquier niño pequeño sentarse y esperar un buen rato por su madre no mostró molestia o aburrimiento incluso le permitieron escoger las joyas y veía su rostro concentrado realmente bonito parecía que esta fuera una decisión de vida o muerte, estaban terminando de vestirme y mi pequeño hijo seguía mirándome, no se atrevía a pedir lo que fuese que su pequeño y brillante cerebro quisiera

¿Matt quieres algo cielo? - mientras agarraba su mano para emprender paso hacia el comedor podía ver que se debatía entre preguntar o no -

Madre ¿padre puede comer con nosotros? - esa era una pregunta que no sabría responder, no quería negarle algo pero estaba fuera de mi alcance cumplir tal petición si su padre no deseaba convivir conmigo -

Supongo que podemos preguntarle cariño - mire a adalid mi doncella de mayor confianza entre las muchas que estaban a mi disposición, ella fue traída desde la capital ya que me sirvió desde que era una niña, ella creció conmigo por lo tanto fue la que noto cada cambio relevante en mi persona, pero no dijo nada, solo se mantuvo calmada con ojo de halcón evaluando cada una de mis acciones, ella entendió mi petición silenciosa -

Esperaba que esa petición fuera rechazada completamente sin ni siquiera una respuesta, pero nuevamente fui sorprendida por esta vida, Alexander apareció pocos minutos después, mientras matt me hablaba sobre la materia que más le gustaba, yo tomaba un poco de té, ni siquiera sabía que hierba era pero ayudaba con mi apetito y las náuseas que me provocaba intentar mejorar mis hábitos alimenticios.

Papá - matt se veía bastante feliz de ver a su padre, era más natural a su lado y lo entendía, por lo que no dije nada solo me limite a tomar el té -

¿Estas enferma mi señora? - lo mire sin intención de empezar una discusión tonta, no estaba enferma en lo que a mi respecta solo era consecuencia de la mala alimentación que llevaba -

No, no lo estoy ¿luzco enferma?- el mantuvo el silencio por unos minutos mientras los sirvientes preparaban la mesa, solo ignore la falta de respuesta de su parte -

Mamá - deje de mirar la tasa de té, para prestar atención a mi hijo, se veía feliz, no entendía porque realmente pero era agradable verlo feliz -

¿Mamá puede ir a ver a matt? - creo que mi cara mostró mi confusión al escuchar una leve tos, que estaba ocultando una sonrisa de parte de Alexander -

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⏰ Última actualización: Jun 10 ⏰

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esta vez sere una esposa y madre amorosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora