Era el primer día de curso, Mark empezaba segundo de bachiller después de un verano intenso en el que conoció a Ana, su actual pareja. Llegaba a clase hablando con su amiga Elsa, la cual acababa de cambiarse al instituto de Mark y había traído con ella a una amiga suya, María, la cual Mark no conocía.
Mark caminaba por los pasillos del instituto cuando vio a una chica sentada en un banco, leyendo unos apuntes del curso pasado mientras se preparaba para entrar a la primera clase de historia del curso. Mark no pudo evitar fijarse en la chica, sus ojos marrones brillaban intensamente bajo la luz de la mañana y su pelo oscuro caía en cascada sobre sus hombros. Decidió acercarse y aparecer, ya que no había visto antes en el instituto. "Hola, ¿puedo sentarme contigo?", preguntó Mark con una sonrisa tímida. María levantó la vista de sus apuntes y asintió con la cabeza. "Claro, siéntate", respondió amablemente. Mark se sentó a su lado y empezaron a tontear. Mark sacó una sonrisa tonta mientras le preguntaba a María sobre sus intereses y sus planes para el futuro. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y se prometieron conocerse mejor.
A partir de ese día, Mark y María se encontraron con más frecuencia en todas partes, a menudo con la ayuda de su amiga Elisa, quien les presentó formalmente. Cada vez que se veían, la chispa entre ellos se hacía más fuerte y pronto comenzaron a salir en citas informales después de las clases, donde ella lo acompañaba a la parada del bus, nunca pasaba nada pero la tensión se podía notar a kilómetros de allí.
Con el paso del tiempo, la relación entre Mark y María se hizo cada vez más estrecha. Comenzaron a compartir sus pensamientos más profundos y sus sentimientos más íntimos, lo que fortaleció su vínculo y les llegó a conocerse en un nivel mucho más profundo. Con el tiempo, se atenuaron en una pareja inseparable, siempre juntos y apoyándose severamente en todo lo que hacían. A medida que avanzaba el año escolar, la tensión entre ellos aumentaba, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso y formalizar su relación. Los días iban pasando y en la cabeza de Mark había un pensamiento que no paraba de dar vueltas, era el momento de declararse y dejar a Ana o no valía la pena romper su relación por algo que no sabía exactamente qué era. Se sintió confuso y no sabía qué hacer. Finalmente, un día Mark decidió hablar con Elsa, y contarle sus sentimientos. Le confesó que había estado sintiendo algo por María durante mucho tiempo, pero que no sabía si debía tomar el riesgo de dejar a Ana y formalizar su relación con ella. Elsa escuchó atentamente a Mark y le aconsejó que hablara con María directamente, ya que la honestidad era la clave en cualquier relación. Pero Mark decidió no hacer caso a Elsa y seguir con sus pensamientos.
Mark se encontraba en una situación difícil, ya que no quería herir a nadie, pero tampoco podía ignorar sus sentimientos hacia María. Decidió tomar un tiempo para reflexionar y evaluar sus emociones y pensamientos. Mientras tanto, su relación con María continuaba creciendo y se volvía cada vez más íntima. Mark comenzó a darse cuenta de que no podía negar sus sentimientos por María y que no podía seguir adelante con Ana sin ser honesto acerca de sus emociones.
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La fuerza de la atracción
RomanceLa historia de Mark y María, dos estudiantes de que se conocen en los pasillos del instituto. A medida que se conocen, se dan cuenta de que tienen mucho en común y comienzan a salir en citas informales después de las clases. Después de algunas seman...