Era un día frío y nublado, todos vestían de negro, estaban despidiendo a la madre de los dos pequeños Ran y Rindou haitani, estos estaban tomados de la mano solo observando como todos lloraban y se lamentaban, no era mentira que también les dolía inmensamente la muerte de su madre, pero solo ellos sabían de el infierno que su madre tubo q soportar mientras estaba con vida, así que estaban felices por ella, que logró escapar de el infierno en el cual vivían.
¿Pero qué les esperaría a ellos de aquí en adelante?
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Desde que tenían memoria, recordaban como su padre golpeaba y violaba a su madre, no era tarea difícil deducir que seguramente ellos eran causa de algunas de aquellas violaciones, pero a pesar de todo eso su madre nunca los maltrato ni los desprecio por ello.
Una noche los dos pequeños estuvieron escuchando a su madre gritar y lamentarse más de lo normal durante horas, Ran abrazaba a Rindou tapandole los oídos para que no escuchara los horribles sonidos provenientes del primer piso. Cuando oyeron la puerta de la calle cerrarse dedujeron que su padre ya se había marchado. ya que era lo rutinario, después de hacer todas esas horrosas cosas a su madre, solo se marchaba y regresaba al día siguiente.
Ran le dijo a su hermano que se quedara ahí, que se iba a encargar de todo, bajo las escaleras lo más rápido que pudo para socorrar a su madre, entró a la habitación donde se suponía que estaba su madre, la luz estaba apagada y pudo sentir un fuerte olor a sangre en el aire, a lo lejos pudo divisar un bulto en el suelo, se acercó a él suponiendo que era su madre, se acercó dudoso pero rápido, pudo sentir como la planta de sus pies se mojaba con un líquido. Tocó cuidadosamente a su madre en el brazo, ella se movió solo un poco al sentir su tacto, a pesar de la oscuridad de la habitación Ran pudo ver claramente la figura de su madre cubierta de sangre y su parte baja totalmente desgarrada, no pudo evitar que de sus ojos comenzarán a bajar lágrimas, su madre como pudo acarició la mejilla de su hijo.
–Ran…cuida de tu hermano, y… termina con esto porfavor…mi niño…
Dijo esto en un hilo de voz casi inaudible, pero que Ran escuchó claramente, quería cumplir con el último deseo de su madre, ella quería dejar de sufrir, tomó el cuchillo con sus dos temblorosas manos y lo clavó en el cuerpo de su madre dándole la libertad y la paz de su alma para siempre.
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Después de enterrar a su madre, se estaban dirigiendo a su casa con el monstruo que tenían como padre. Ran tenía miedo, pero el temeroso hermano menor al lado suyo lo veía como su único refugio ahora, así que debía aparentar ser fuerte, y protegerlo tal como se lo pidió su madre.
Vivieron en paz por un par de meses, luego su padre comenzó a llegar borracho y romper las cosas de la casa, ellos se encerraban en su habitación tapándose los oídos tratando de olvidarse de lo que pasaba, pero un día la puerta de la habitación fue azotada y el monstruo entró buscando a cualquiera de los dos pequeños para saciar sus necesidades, Ran le rogó a aquella persona que llamaban padre, que lo usará solo a él, que no tocará a Rindou, se humilló y suplico como jamás lo hizo hasta que esté accedió.
Lo jalo del cabello para llevarlo al primer piso, Rindou comenzó a llorar y gritar que él también iría, pero Ran le gritó que no, que no saliera del cuarto, que por ningún motivo debía salir de ahí.
Los dos pequeños estaban, abrazados en las sábanas de su cama intentando dormir, Ran acariciaba el cabello de su lindo hermanito, para calmarlo, este lloró por horas cuando Ran entro al cuarto lleno de sangre y moretones, lloró mientras lo ayudaba a bañarse, cambiarse y solo hasta ahora se estaba calmando.
–Rindou estás dormido?-dijo Ran en un susurro suave en el oído el pequeño
–No…
–Podrías hacerme un favor?-Rindou asintió con la cabeza–Cada vez que tenga que ir con papá, no vas a bajar pase lo pase,ok?–este dudo en responder pero luego asintió,Ran sonrió y lo apretó más contra su cuerpo para ahora sí tratar de dormir.
Vivieron así durante cinco años, Ran soportó el abuso de su padre, por el amor hacia su hermano menor, hasta que un día después de haber sido violado y golpeado por horas, perdió el conocimiento.
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Rindou estaba en la habitación escuchando como su hermano gritaba, se abstenía de no salir por que se lo prometió, y no quería decepcionarlo con la única cosa que podía hacer, por qué el solo podía quedarse llorando y taparse los oídos para no escucharlo sufrir, era algo que detestaba, odiaba no poder hacer nada para ayudarlo, luego que escuchaba a su padre salir de la casa, bajaba rápidamente para ayudar a su hermano, a veces desmayado y otras veces le sonreía y le daba las gracias por soportarlo todo.
Pero ese día era diferente escuchaba a Ran gritar y lamentarse más de lo normal, igual aquella vez en que no volvió a ver a su madre, quedó paralizado con tan solo pensar en que lo mismo podría ocurrirle, hasta que los gritos de Ran dejaron de resonar en la casa, reacción y pensando lo peor se llenó de pánico, abrió la puerta de la habitación y bajó corriendo tan rápido como pudo las escaleras.
Llegó a la puerta de la habitación donde se encontraban Ran y su padre, pudo ver a Ran debajo de el, lleno de sangre y moretones, parecía estar inconciente, Rindou seguía mirando sin saber que hacer, el hombre se levantó lentamente de Ran, tenía su cabello largo y camisa blanca llenos de sangre, incluso sus manos que eran pálidas estaban rojizas, Rindou solo pudo pensar en un demonio de una película de terror al ver a ese hombre acercarsele.Se inclino para susurrarle al oído "por fin salió la princesa" esas palabras y esa voz lo hicieron estremecerse, luego solo sintió su cuerpo chocando contra el suelo, el hombre se subió sobre el y comenzó a golpearlo, cuando tuvo lo suficientemente de esto, le quitó la ropa y empujó su miembro de una sola estocada dentro su cavidad anal.Rindou lo único que hacía era retorcerse y gritar por lo que estaba experimentando, pero se lo trago todo cuando pensó que eso era lo que Ran tuvo que soportar durante años solo pero el, un dolor horrible, insoportable, sentía como si los desgarran desde dentro, quería morir, no aguantaba más esto, inconscientemente en un hilo de voz logro pronunciar el nombre de la persona que amaba más que nadie, el que lo protegió toda su vida, su hermano.
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Cuando logró abrir los ojos, vio a aquel hombre haciéndole daño a su querido hermano, este estaba gimiendo del dolor y ya se podía ver el piso algo manchado de sangre. Ran aún no lograba entrar en sí, hasta que oyó a su hermano decir su nombre, estaba pidiendo ayuda, estaba pidiendo que lo salvará.
Ran al ver esta horrible escena de rindou sufriendo bajo el cuerpo de aquel monstruo, a pesar de que estaba súper adolorido y sentía que no podía moverse, de abalanzó sobre aquel hombre tomándolo por el cuello y apretó lo más que pudo con la últimas fuerzas que le quedaban recordando todo lo que este les había hecho, a su madre,a el y ahora su hermano, que no solo era su hermano, era lo más preciado que tenía en el mundo.
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Ran se encontraba en la celda de la correccional, hoy era el último día que estaría encerrado allí, estuvo 8 años pagando por lo que hizo. Para la ley el no era más que un asesino, la familia de su padre se había encargado de borrar el rastro de todos los crímenes que cometió su padre contra ellos, solo para mantener el honor de la familia haitani, le dijeron que si no decía nada acerca de las violaciones y asesinato de su madre, le reducirían la condena de 18 años solo a 8,y se encargarían de cuidar de Rindou mientras el salía. Ran acepto por que quería acortar el tiempo para poder estar de nuevo con su querido hermano, no quería que esté siguiera solo en ese cruel mundo.
Guardo sus cosas y se dirigió a la salida, no alcanzó a dar tres pasos cuando vio a Rindou corriendo hacia él, se abalanzó sobre él y con los ojos llenos de lágrimas de felicidad lo beso, Ran se sobresaltó por el repentino acto pero no dudó en seguirle el beso, lo tomo por la cintura y lo pegó más a él, Rindou paso sus manos por su cuello para profundizar el beso,se separaron por la falta de aire, y Rindou oculto su rostro en el cuello de su hermano.
–Te extrañe mucho hermano…-le dijo en un susurro
–No te imaginas cuánto yo a ti Rin- alzó el rostro de su hermano para verlo a los ojos, se quedaron así por unos segundos, y volvieron a unir sus labios en un tierno beso, en el que expresaban todo lo que sentían por el otro, lo mucho que se amaban, sin importarles las personas a su alrededor, por ellos estaban en su mundo, uno muy diferente al nuestro.
Fin~
//Si llegan a conseguir una historia algo parecida a esta es pq también es mía, solo q se me perdió la cuenta así q la arregle y la volví a publicar//
Espero les haya gustado ^^
