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Año 2012:

El hospital era un caos, hoy se cumplía dos semanas desde que Criston inició su internado en el hospital, ¿Era buen interno? ¡Claro!

Pero como todo interno, le daban el doble de trabajo, más rondas, más pacientes y por supuesto más competencia.

— Estoy agotado, ya no quiero estar en urgencias. — Se quejó Cole.

— Es el proceso para ser cirujanos, soporta esto y triunfarás. — Opinó Larys mientras comía sus frituras.

— Qué motivador, gracias Strong ahora ya no estoy cansado. — Respondió. — Debí ser bombero.

— Yo no debí nacer, pero aquí estoy. — Expresó con una sonrisa burlona, fue interrumpido por un pitido de uno de sus bolsillos, lo que representaba una emergencia con su paciente asignado.

— ¿Habitación 15?

— Si, esa señora tiene un hermoso tumor, ventajas de llegar temprano y no quedarte con los casos de pediatría. — Presumió el castaño.

— No me disgusta especializarme en pediatría, son lindos los niños. — Opinó Criston.

— Eres bueno con los niños, en fin, me tengo que ir, me guardas una hamburguesa y suerte con tus niños de kinder. — Se levantó de la camilla donde estaba sentado para emprender camino a la habitación de su paciente.

Cole se quedó descansando un rato más para después dirigirse al ascensor, en este se encontró con una joven pareja, la mujer era pelinegra y cargaba con un gran vientre de unos 9 meses, esta pujaba y controlaba su respiración en un intento de calmar sus malestares.

— ¿Usted es doctor? — Preguntó la pareja de la embarazada.

— Claro, ¿Que necesitan?

— Mi esposa se queja de un dolor, pensamos que esta entrando en labor de parto, pero todavía le faltan dos semanas para su fecha. — Explicó el hombre.

— Cuando lleguemos al piso de obstetricia, la doctora Velaryon se encargará de usted y su pequeño.

— Pequeña, es una niña. — Replicó la mujer.

Pasaron unos segundos que para la joven parecían horas, todo iba tranquilo, hasta que las luces del elevador se apagaron ocasionando que el elevador se detuviera.

Criston intentó mantener la calma, apretó el botón de emergencia y espero, un grito de dolor alertó a los dos hombres.

— Creo que el bebé ya viene.

— No puede ser. — El castaño no pudo contener sus palabras, no quería parecer un novato.

— Doctor, ¿Usted puede ayudarla?

— Bueno, yo no sabría. — No pudo terminar la oración.

— ¡Es doctor, debe ayudarla!

— Claro, ¿cuál es su nombre? — Le preguntó a la mujer.

— Clara.

— Bueno Clara, la voy ayudar, tal vez no tiene mucha dilatación. — Con el permiso de la pareja, prosiguió hacer el protocolo en lo que arreglaban el ascensor.

— Siento que me parte, necesito pujar.

— No, no, no puede pujar, la bebé todavía no está en posición. — Le aclaró.

— ¡Tengo que pujar!

Las luces del ascensor regresaron retomando su destino, muy tarde pues el Cole ya podía sentir la cabeza de la bebé.

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⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

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