¿UN "FELICES PARA SIEMPRE"? TN Y KATSUKI/ AU MEDIEVAL

°Capitulo 00°

Está historia tratara de temas delicados pero que se viven a diario.
Si no les agrada este tipo de temas les pido que respeten a la historia ya que nadie les a obligado a leer.
Sin más que decir continuemos.

En lo más profundo del bosque habitaba una pequeña tribu.
Nacida de la flora y fauna.

Sus antiguos líderes peleaban por ser los jefes de aquella tribu, los que ganaban se quedaban con el puesto de líder y los que perdían tenían un puesto en el consejo—esto solo era para aquellos que llegaban hasta "La batalla final"—
Durante un largo periodo fueron felices pero no todo dura para siempre. Los valores que se les fueron inculcados fueron perdiendo valor y sentido, aquella tribu se hundió en el caos, todo esto fue producido por una sola persona.

Hiroki Nakamura

Un hombre ambicioso y perverso.
Aquel hombre cuando ganó la batalla ese mismo día la aldea estaba destinada al caos.
Hombre despiadado y egoísta, no le importa pasar por encima de los demás con tal de obtener su objetivo...y ese posiblemente seas tú.

–Dígame ¿En qué le puedo ayudar?–. Aquel sirviente se arrodillo al estar enfrente de su soberano.

–¿De cuántas mujeres disponemos?

–...No sabría decirle una cifra exacta–gotas de sudor bajaron de su frente.

–No me gustaría mandarte a azotar, pero por lo que veo creo que será necesario.

–¡Mi señor, lo que el dice es verdad! No se tiene una cifra exacta, pero si usted lo autoriza iremos personalmente a verificar–interrumpió uno de los cuatro consejeros.

Una sonrisa de satisfacción se hizo presente en los labios del hombre.

-¡Bien! Está vez te has salvado...pero recuerda. No siempre tendrás a Dios de tu lado–aquellos ojos azulados miraron amenazante al sujeto.

-¡S-si señor! Con su permiso.

Los dos hombres salieron de aquella cabaña e inmediatamente fueron a dónde se encontraba la gente–la tribu estaba lejos de su líder y este solo se presentaba cuando era necesaria su presencia–.

Carpa por carpa fueron revisando y anotaciones se hicieron presentes.

[...]

Una jóven de apenas 17 años tomaba un baño en el río, a las afueras de su tribu.

–Sabes que no puedes estar aquí–. La voz de su madre se escuchó a sus espaldas.

–Lo siento, es solo que quería refrescarme–tomo una capa color marrón y cubrió su cuerpo.

–Se que no es fácil, pero no debes alejarte de tu marido y tus obligaciones.

La joven asintió.

–Toma–le extendió una muda de ropa.

–Gracias–la acepto y atrás de unos árboles se empezó a vestir.

–Ve a casa. Él mando instrucciones y no quiere que ninguna mujer salga hasta después de la revisión.

–¿Revisión?–salio de los árboles.

–¡Deja de hacer ese tipo de preguntas y vete!–

Ella solo asintió y se marchó.
Quería mucho a su madre pero el temperamento no ayudaba mucho.
Cuando llegó vio a un hombre alto, cabello castaño y con la vestimenta de la tribu.