The desire to love forever «Kylie Jenner & Tu»

Capítulo uno

Un martes poco convencional se desplegaba ante mí, mientras muchas personas celebraban San Valentín con sus parejas o seres queridos. En mi caso, siendo soltera y lejos de mis seres queridos, excepto Kendall, quien estaba en Los Ángeles y a quien vería hoy, la mañana comenzó con una llamada de mamá deseándome un feliz San Valentín y repitiéndome, como siempre, que necesitaba encontrar una buena compañera de vida.

En estos últimos dos años, he estado disfrutando de mi compañía, trabajando desde casa en las empresas de mis padres, dueños de las aerolíneas más prestigiosas del mundo. Además, tengo el privilegio de gestionar el restaurante más exclusivo, Sublimotion, ubicado en uno de los hoteles de la familia en Ibiza. En mis momentos libres, me sumerjo en mi pasión por el arte trabajando en un estudio de tatuajes, donde he creado algunas de las piezas en mi piel, junto con mis talentosos colegas.

Hablando de mi aspecto físico, dedico mucho tiempo al ejercicio, lo que se refleja en mi cuerpo fornido. Con una estatura de 1,84 m, piel color marrón claro, cabello ondulado hasta los hombros y ojos color miel, me considero una mujer intersexual y lesbiana.

Aunque mi vida social no es tan amplia, mi mejor amiga es Kendall Jenner, a quien considero como mi novia en términos de cercanía y confianza. Ella me ha estado llamando desde que llegué a Londres para resolver asuntos de negocios familiares. Justo ahora, estaba regresando a casa después de un viaje agotador de 12 horas, pero aún tenía que preparar la cena especial para celebrar San Valentín con Kendall.

Después de recibir la llamada de Kendall y acordar encontrarnos más tarde, me dirigí a la ducha para relajarme y refrescarme antes de su llegada. Una vez lista, me puse a organizar los últimos detalles para la cena mientras ella se arreglaba en otra habitación.

Mientras tanto, en la puerta de mi habitación, mi ama de llaves, Laura, me informó que Kendall ya estaba lista. Después de despedirla amablemente, me miré en el espejo y me dirigí hacia la habitación de Kendall. Al entrar, la vi deslumbrante en su vestido, y compartimos un momento de halagos y risas coquetas antes de salir juntas para disfrutar de una gran noche.
- entonces, eso amerita un beso, ¿no lo crees? - asintió acercándose al igual que yo para darnos un corto beso, separándonos con una sonrisa - ya vámonos Kenny, nos espera una gran noche.

Kendall y yo salimos de la casa rumbo a uno de los restaurantes más exclusivos de Los Ángeles. El ambiente estaba impregnado de elegancia y romance, con luces tenues y música suave que nos envolvía mientras nos sentábamos en nuestra mesa reservada.

Durante la cena, compartimos risas y conversaciones animadas, recordando momentos especiales que habíamos compartido a lo largo de nuestra amistad. Los platos exquisitos que nos servían eran una obra de arte culinaria que deleitaba nuestros sentidos.

Después de la cena, decidimos dar un paseo por la ciudad. El bullicio y las luces de Los Ángeles creaban un telón de fondo vibrante para nuestra noche. Caminamos por las calles iluminadas, disfrutando de la brisa nocturna y la compañía del otro.

En un momento, nos detuvimos en un mirador que ofrecía una vista panorámica de la ciudad. Nos abrazamos mientras admirábamos las luces titilantes y las estrellas en el cielo nocturno.

-_____, eres una persona increíble - me dijo Kendall con sinceridad. - Nuestra amistad significa tanto para mí, más de lo que puedo expresar -.

Sus palabras me llegaron al corazón, recordándome lo afortunada que era de tener a alguien tan especial como Kendall en mi vida. Nos quedamos un rato más disfrutando del momento antes de regresar a casa.

De vuelta en la mansión, nos sentamos en el balcón, disfrutando de la vista nocturna de la ciudad.

- Es la primera vez que paso esta fecha con alguien que no sean mis padres - añado, devolviendo mi mirada a mi celular y luego hacia ella.

- Sí, ha sido genial - confirma Kendall, asintiendo con la cabeza apoyada en mi hombro.

- Es hora de dormir. Mañana mamá Kris quiere que vayamos a su casa, ya que acabas de regresar de Londres - menciono con una pizca de ironía - Estoy empezando a creer que te ama más a ti que a mí - bromea Kendall, haciendo que yo ría suavemente.

Kendall se acomodó a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro mientras la luz suave de la lámpara de mesa nos daba un ambiente acogedor y tranquilo.

- ¿Te gustó la sorpresa que preparé para hoy, Kenny? -pregunté con una sonrisa, mirando a Kendall con complicidad.

- ¡Fue alucinante, Harris! Nunca imaginé algo tan divertido. Has hecho que este San Valentín sea el mejor de todos -respondió Kendall, con sus ojos brillando de emoción.

Nos quedamos un rato en silencio, disfrutando simplemente de nuestra compañía y la buena vibra que había entre nosotras.

- ¿Qué tal si vemos una peli juntas? -sugirió Kendall, rompiendo el silencio de forma divertida.

Me parece genial, bonita ¿Tienes alguna en mente? -pregunté mirandola, sabiendo que siempre elegía las películas más divertidas.

Después de debatir un poco, decidimos ver una comedia romántica, algo ligero y gracioso para seguir con la buena vibra de la noche. Nos acomodamos en la cama con una manta suave, y empezamos a disfrutar de la película, riendo a carcajadas y comentando las partes más chistosas.

Conforme la película avanzaba, nos dimos cuenta de lo tarde que era y de lo cansadas que estábamos después de tanto reírnos. Decidimos ahora sí irnos a dormir de verdad, pero antes preparé un par de tazas de té caliente para nosotras, añadiendo un poco de miel como a Kendall le gustaba.

Nos sentamos en la cocina, disfrutando del té y hablando sobre todo tipo de cosas. Compartimos nuestras historias del tiempo en que estuvimos lejos de la otra. Cada palabra que intercambiábamos nos hacía sentir más unidas y agradecidas de tenernos la una a la otra.

Finalmente, nos fuimos a la cama, abrazadas compartiendo el calor de nuestros cuerpos. Nos quedamos dormidas rápidamente, por el leve cansancio.

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