|Nieve|

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Se encontraba cálido, sentía como en su cuerpo volvia a fluir su sangre por todas sus venas volviendo a funcionar su sistema circulatorio, su cuerpo antes pesado ahora se sentía mas liviano, sus parpados comenzaron a abrirse lentamente, viendo un techo encima de el. 

Lo ultimo que recordaba era estar bajo la nieve pesada

Se levanto rápidamente haciendo un movimiento brusco y sintiendo un dolor punzante en su columna vertebral. Su abrigo, gafas, guantes y zapatos estaban de un lado, estaba tumbado en un mueble rojo y algo viejo cubierto con una manta. 

Al lado estaba una chimenea prendida, con su mirada recorrió cada lugar del sitio, se podía ver que era una cabaña y un ventanal que  dejaba ver la tempestad del clima y el cielo grisáceo sin inicios de cambiar, seria muy mala idea salir. Lo mas seguro era quedarse. 

Toco el piso con sus pies y sintió el frio de la madera recorrer por sus piernas, iba a levantarse cuando escucho una voz de un lado suyo captando su total atención 

—Vaya ya as levantado—

Se topo con la mirada de aquella persona. Un chico de orbes azules, con un cabello corto y color negro, su piel pálida parecida a la porcelana, una risa muy cálida, entre sus manos poseía una taza caliente mientras se sentaba tranquilamente al lado de la chimenea en un sillón unitario. Recogió sus piernas y las cruzo tapándose con una manta que estaba al lado 

La mirada del otro joven estaba en el contrario, el cual al sentir la pesada mirada turquesa en el solo sonrió cerrando sus ojos y tomo la bebida caliente tranquilo y sin apuros. Rin quería pronunciar algo abriendo levemente sus labios, pero el contrario tomo la palabra 

—Si te preguntaís como acabasteis aquí y quien soy yo, pues es muy fácil de explicar— tomo otro sorbo —Soy un turista igual que tú y te encontré, pero estabais desmayado bajo el espesor de la nieve— tomo otro sorbo y lo dejo a un lado —menos mal la cabaña no estaba muy lejos por que si pesáis un poco— rio levemente antes de levantarse del lugar 

Miro como el chico se iba con un mechero que saco de su bolsillo de pantalón, a lo lejos se veía como otra habitación miro el gran ventanal y se veía todo el cielo gris tenia la leve curiosidad de que hora era, pero no sabia donde se encontraba su celular 

De repente vio una taza enfrente de el, era aquel chico estirándole una taza con una sonrisa en sus labios, lo recibió y el de orbes azules solo se retiro y volvio al mueble unitario. Vio el contenido de la taza y era un aroma cálido, tomo un sorbo y su sabor era templado ni muy amargo ni muy dulce, era una sensación agradable para su paladar 

—Estaba en los estantes, un sabor inusual—

El contrario solo asintió mientras tomaba otro sorbo de ese inusual sabor, por varios minutos estaba todo en silencio, cuando se escucho un ruido por parte del cielo, eso le recordó lo que buscaba minutos antes 

—Que hora es— hablo por primera vez 

El de ojos azules lo miro por un instante y luego señalo la mesa del comedor, mientras tomaba otro sorbo. Rin se levanto y se dirigió donde le habia indicado y efectivamente alli se encontraba su celular 

—Parece noche, pero aun es muy temprano, supongo que nos tendremos que quedar aquí hasta mañana eh..— aun no sabia el nombre del contrario 

No le respondió, aunque no lo conocía podía inspirar confianza en primer instante, pero debía mantenerse alerta. Efectivamente como habia dicho el otro chico era muy temprano 15h47 demasiado temprano diría él, pero al recordar el clima antes de salir del hotel no habia ningún signo de tormenta o algo por el estilo.

El muchacho de ojos azules miro de reojo al otro chico, no le habia contestado y estaba muy concentrado con el dispositivo, tomo otro sorbo y su mirada se conecto con el fuego de la chimenea que ardía por el consumo de la leña 

—Me presento soy Isagi Yoichi, tengo 23 años, trabajo en un restaurante como mesero no me considero una persona con riquezas, pero tampoco una persona demasiado humilde— suspiro —ahora si me puedes decir quien eres?—

Al escuchar atento a lo que dijo Isagi, efectivamente el otro chico le presto atención. Eso hizo que Isagi levemente sonriera

—Soy Itoshi Rin, tengo 21 años, trabajo y estudio y siempre me enfoco en mi mismo— fue todo lo que dijo para luego guardar su teléfono, tomar con sus manos la taza y volverse a sentar en el mueble 

Isagi sonrió por lo ultimo dicho por el menor 

—Con que un egocéntrico, interesante—

Tenia muchos amigos egocéntricos y se consideraba uno tambien en diferentes aspectos, tenia curiosidad por el aura misteriosa que veía alrededor del menor. Y por que no tener una platica con quien tendría que convivir el día de hoy 

Platicaron de cosas muy triviales. Isagi se sentía cómodo con aquel chico llamado Rin, intentaba leerlo por sus respuestas o acciones corporales, pero no podía y eso le picaba mas la curiosidad la postura egocéntrica que mostraba y cada palabra que se sentía vulnerable como intentaba mantener una postura firme 

Quería ser su amigo, luego de salir de aquella cabaña 

Rin en cambio sentía todo lo contrario, como si pudiera leerlo fácilmente, le divertía la manera en que quería mantener la compostura en palabras donde simplemente perdía, como si en un par de horas ya hubiera conocido perfectamente a ese chico 

Su estomago le jugo una mala pasada gruñendo en frente de Isagi mientras habia un leve silencio, se sentía demasiado avergonzado 

—jaja al parecer te dio algo de hambre Rin— se levanto con la manta puesta, la temperatura habia bajado un poco mas —razonable es un poco tarde— miro la pantalla de su teléfono —lo bueno que hay pan, no esta soso es lo bueno—

Sin decir mucho más se dirijo a la cocina a ver lo antes mencionado. Al volver traía consigo una bolsa de pan y se la entrego para que tomara cuántos guste

—tranquilo podemos sobrevivir—

El menor sabía a lo que se refería ya que tambien sentía la temperatura bajar más. La manta ya no era de mucha ayuda

Isagi movió un poco más el mueble para que lo calentará la chimenea

Rin en cambio tomo los cojines del mueble y los tiro al piso en frente del fuego, pero en una distancia considerable para no quemarse, mientras la manta seguia en sus hombros

Isagi tenia la misma idea solo que no quiso molestar al mayor para tomar los cojines

Se paró al lado sin atreverse a sentarse

Rin lo vio allí parado mientras miraba el fuego y sostenía la taza caliente

—Solo siéntate de una buena vez— hablo indiferente

Isagi rio y se colocó al lado sin volver a mencionar una palabra

| Cálida nieve | RinSagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora