Por otro lado estaba Felix, había terminado hace algunos segundos de comer. Pero recordó que debía enmarcar aquella preciada foto con Jinnie.
Se levantó rápidamente del comedor, así dejando a su hermana recogiendo los platos.
Se dirigió hacia la segunda planta donde se encontraba su habitación, así agarrando su mochila y sacando rápidamente la foto y la pequeña nota que llevaba el postre de naranja.
Enmarcó la foto y finalmente la colocó en la pared. Feliz, murmuro una pequeña frase.
-" El rostro de Jinnie, será el primero que vea al amanecer, y el último que vea entre suspiros llenos de anhelos antes de dormir"- soltó una sonrisa tierna acompañada de un suspiro, su corazón latia con una gran intensidad. Solo por pensar en Hwang.
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Hyunjin-.
Saqué una foto con Jennie antes de la tragedia, nuestra tragedia.
Y esta me susurró;
-. Vamos Hyunjin, te dieron el fono para que llames a tu apoderado-. Dijo la castaña que estaba a mi lado algo molesta.
-. Si, si, si-. Dije, la verdad no le habia prestado atención.
La razón del por qué estabamos en la comisaría era porque ni yo ni Jennie llevábamos el suficiente efectivo para pagar el restaurante en el que comimos.
Solté un suspiro cansado y decidí escribir en el grupo de amigos que teníamos para ver quién de todos podía salvarnos de está.
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Dios nadie podía salvarnos, hasta que uno de ellos escribió;
" Dile a tu "novio", de seguro mueve tierra, mar y cielo solo por tí".
No estaba seguro de hacerlo, pero peor era hacer el servicio comunitario por dos semanas.
Suspire.
Finalmente decidí hacerlo.
Le conté lo sucedido y accedió.
¿De verdad Felix era tan complaciente y sumiso?, me irritaba tan sólo tenerlo cerca y escucharlo decir Jinnie.
Pero debía tolerarlo, al menos un par de meses más.
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Él Rubió se sentía tan preocupado por su amado Jinnie.
Pronto le escribió a su madre e insistió hasta cansarse para poder ayudar a Hyunjin y Jennie.
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Felix.
Tal y como me lo prometió mi madre, en cinco minutos ya estaba su vehículo estacionado en la entrada de la casa.
