Las doce de la noche, por fin después de estarse paseando para buscar a alguien por fin vio, a una señora que caminaba algo rápido por la peligrosidad de la zona en la que vive. Ella caminaba rápido y vio a Julián que sonrió gustoso, acomodo su gorra y le subió a su música, la alcanzo.
Ella se volteo muy rápido, temerosa de lo que le pudiera pasar, la tomo del brazo. Y la empujo a la pared, parece increíble que nadie pasara en ese mismo momento.
Sacando su arma, le dijo -ya se la sabe madrecita, écheme lo que traiga de valor. Nos queremos ir rápido ¿no? –
Ella asustada, saco su cartera y su celular, y el llanto inundo sus ojos.
Agarro las cosas y se fue, se fue corriendo hacia su motocicleta, una deportiva que corrió alejándose en una noche solitaria.
Hablemos de Esteban, el era algo... complicado, el hacia todo lo que se le ocurría en la cabeza, no había nada que no imaginara hacer y que no lo cumpliera.
Una vez el quiso tener una moto hermosa, de uno de los chicos de las otras colonias, el se imagino en aquella moto de 300 cc, de color morado brillante, se imaginaba estar con su novia, llegando a los antros y fiestas familiares con ella.
Corrió hacia el joven dueño d ela moto, saco su navaja, y lo acuchillo enfrente de sus amigos, tomo las llaves y entre gritos, sollozos y miradas de pánico, el sonrio y encendio la moto, y se fue hacia su casa.
El estuvo mas que feliz por su nueva adquisición, solo tenia que cambiarle los colores y placas a la moto.
Escapo sin consecuencias, mas por la ineficiencia de la policía.
Rogelio hacia lo mismo y se diviertia asaltando gente con ellos, robando y vendiendo droga a los demás chicos, se le conocía como gente pesada.
Para juntar mucho dinero, esperaban afuera de las secundaria, con la ayuda de dos hombres a los que pertenecían a una pandilla.
Ellos con ayuda de los hombres que eran como conocidos como, el juka y ray
La cosa era así, uno seguía a la niña, informaba donde iba y comentaba todo lo que hacia.
Esperaban el mejor momento donde la niña se quedara sola, y tan rápido la subían a una camioneta entre todos.
Las llevaban a una casita que quedo abandonada en donde había terrenos baldíos, y todos abusaban de ella, después de eso amenazaban a sus familiares, y pedían mucho dinero por el rescate. Así era como juntaban dinero.
Un día ellos en una fiesta conocieron a dos chicos de unos 20 años, mayores que ellos. Ellos se rieron con ellos y los veían en fiestas y en antros.
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EN UNA REALIDAD, DONDE NO QUIERES VER
Short StoryLa vida, tan frágil, que la hemos morir, romperse, y no nos importa.