«Detén el mundo en la miseria, en lo bello de las obras de arte. Quiero escribir lo más bonito para ti, quiero entregarte rubíes y darte de cenar oro, quiero darte una bandeja con riquezas y mi amor todos los días. En el silencio, en la oscuridad, estaré ahí y buscaré sostenerte en mis brazos, que sientas mi cariño y mi corazón latiendo, ardiendo en rojo por ti.
Quiero escuchar todo lo que tengas y quieras decir, incluso si no tienes nada para decir, estaré atenta y con toda la atención del mundo te veré. La robare de todos y te la daré. Pararé el mundo; incluso si mi miseria es grande, robaré todo solo para dártelo a ti.»______________
Chifuyu tiene un brazo alrededor de un cuerpo desnudo.
Mira al techo y no habla, no ve. Sus ojos están cerrados mientras escucha y siente una respiración caliente, ajena y pacífica. Pacífica y ajena. No mentirá, lo hace creer esta respiración que de esto trata la vida.Escucha sirenas a lo lejos, escucha gritos y música, vehículos y el canto de mil grillos.
No duerme, no es que no pueda hacerlo, es que no quiere. Teme despertar y perderse esto: la tranquilidad en su estado más puro, la felicidad rompiendo su corazón. Golpeándolo como olas gigantes a un arca pérdida en el centro del mundo.
Un amor que invade su mente y sus venas en gigantes olas, la adoración que se esconde tras sus párpados. No quiere moverse y echarlo a perder, porque un movimiento en falso y podría...
Él no quiere pensarlo. Quiere y desea rogarle a todas las deidades por que su presente no cambie, por que Takemichi no altere nada. Quiere a Takemichi, es su camarada más leal, tanto como Baji o más.Pero no perderá el tiempo en ello, porque si es lo último bueno que sentirá, lo ultimo bueno de sus años turbulentos y de miseria, entonces él no lo dejará por ruegos inútiles que no lo salvarán.
Él quiere, desea, anhela quedarse así para siempre: con un cuerpo que se pega al suyo, un mequiñe rozando el suyo en un gesto pequeño, apenas visible y el más íntimo de toda su vida. La presencia dormida a su lado, que sueña con vidas felices y que quiere comerse el mundo, aún cuando la culpa lo golpea fuerte y lo deja tirado.Chifuyu no abre los ojos, repasa los detalles que previamente se aprendió.
Escucha la respiración de Kazutora, se enfoca en el contacto de la piel desnuda. Quiere acariciar, tocar aquí y allá, grabarse a fuego lento cada centímetro de su amante, ver sus divinos ojos y amarlo hasta no sentir. Hasta no pensar, hasta no recordar.Quiere llorar porque teme que todo acabe ahí, porque es tan buena su vida, pues es tan perfecto su amor, que no lo soportaría y se rompería como un jarrón de porcelana. Se permitirá cuestionarse el por qué lo conoció y tal vez arrepentirse, porque lo ama mucho que no es suficiente.
Lo abraza con fuerza y pronto se escucha un nuevo ruido, apenas se da cuenta que es él mismo y su llanto.
Solloza y no puede pararlo, y su cuerpo se sacude y sus ojos se cierran con más fuerza. Suelta a Kazutora y lleva su mano a su boca, intenta ahogar su dolor. No quiere, no puede. Tiene tanto miedo que su pecho arde, que sus manos tiemblan y no quiere soltarlo. Es ferviente el sentimiento en su corazón, el hormigueo que camina por su cabeza y su cuerpo, las náuseas y las cíen lágrimas que bajan.
No tiene que callarse ni abrir los ojos para saber que Kazutora ha despertado, que lo mira con preocupación y tristeza en los iris preciosos y que quiere hablarlo. Aunque no sabe cómo, aunque no sabe qué exactamente. Pero Chifuyu no quiere hacerlo ni quiere mirar ni escuchar. No quiere ni sentir.Su felicidad es reemplazada por una tristeza con tintes de miedo y pavor.
Kazutora susurra que está bien, que él estará al despertar y que nada cambiará.
Kazutora susurra tanto, tantas cosas.
En el pasado lo hizo y en el presente también.
Susurrando tanto, con tanta seguridad como si realmente el futuro lo hubiera diseñado él con tinta en sus manos.Chifuyu piensa en que lo arruinó, mas siente tanto miedo en su sistema, tanto pánico en su cabeza que, incluso si trató con todas sus fuerzas, no pudo evitarlo.
Chifuyu no aparta sus manos de sus ojos y Kazutora ya no intenta hacer que lo mire. Recarga su cabeza con la suya y susurra y susurra. Y el llanto no para.Sabe que el presente cambiará. Sabe que Kazutora se irá. Pero Chifuyu no puede aceptarlo por mucho que lo intente o quiera.
El amor invade cada parte de sus venas, el miedo lo acompaña. Y se aferra a Kazutora, con fuerza que lo lastima, sin embargo Kazutora no dice nada. Nunca dice nada.
Chifuyu escucha mil grillos, vehículos y gritos, escucha música y golpes, escucha su llanto que no muere y la respiración lenta de Kazutora. No ve nada.
Pero siente a Kazutora contra él: la piel caliente, el aire golpeando su espalda, las lágrimas que mojan su cuello. Siente el cansancio golpearlo con fuerza, sus párpados cerrándose inconscientemente, el amor cálido y agradable en lo más profundo de su ser, inmovilizando todo, el miedo desapareciendo. Él lloró hasta dormir y su último pensamiento fue Kazutora y cómo estarían juntos siempre, incluso si Takemichi lo cambia todo. Una esperanza falsa que se permitió tener. Pero lo creyó.Creyó que en todo futuro Kazutora estaría a su lado, aún si no existía una base.
Su afirmación murió cuando Takemichi regresó al pasado nuevamente y alteró cada segundo de su vida futura con Kazutora.
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Detén el mundo
ФанфикChifuyu sabe que su vida con Kazutora está por acabar. Chifuyu x Kazutora