Hurtful.

Si nuestra tumba fuera regada por la lluvia... Las rosas lograrían florecer?

“

Me enseñaste un lenguaje secreto que sabes que no puedo hablar con nadie más... Incluso si ahora ya no estás, aún espero poder volver a ver esos brillantes colores algún día...

”

La luna brillaba cómo nunca antes se había visto, Kanao solo podía observarla en silencio absoluto. Un silencio mortal.

Aún extrañaba a Tanjiro, a pesar de que lo negaba ante sus hermanas. Si... Realmente nunca lo olvidaría, era tan brillante cómo el sol, llegó a iluminar sus días, para después marcharse de su lado.

No lo culpaba realmente. Ella tampoco podría amarse, se había perdido hace mucho tiempo... Pero aún podía recordar esa radiante sonrisa.

Al saber que ahora había decidido compartir su vida con Aoi, sintió cómo su recién nacido corazón volvía a morir, lenta y dolorosamente, haciéndola recordar (nuevamente) que ella nunca sería capaz de ser feliz con alguien que la amara tal cual era.

Una sonrisa nostálgica se forma en su rostro, alzando la mirada para ver a la luna. Siempre siendo capaz de brillar entre toda esa oscuridad. A veces, desearía ser cómo la luna.

Sabe que no puede llorar... Y sin embargo, tímidas lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas. Aoi es su mejor amiga, su confidente, pero jamás le dijo que amaba a Tanjiro, jamás le dijo a Tanjiro que lo amaba tanto...

Las lágrimas comenzaron a caer sin control, lo que empezó cómo un silencioso sollozo, ahora era un llanto ruidoso, sin duda alguna, no tenía remedio.

¿Tanjiro se sentiría feliz de verla llorar por fin?

Suelta una risa llena de enojo. Sabe que no debe lamentarse, fue su culpa, pero el dolor es demasiado cómo para contenerlo dentro.

Alguien se sentó a su lado, pudo ver a Inosuke allí, quién miraba fijamente a la luna. No dijo nada, solo apoyó una de sus manos en la espalda de ella, para brindarle apoyo.

El dolor era demasiado, lo abrazó con fuerza, y el pudo abrazarla también.

Kanao pudo sentir cálidas lágrimas caer a su cabeza. Realmente nunca consideró el dolor de Inosuke, a el le gustaba Aoi tanto cómo a ella le gustaba Tanjiro.

Ambos habían intentado en vano ser felices.

Con la luna cómo espectadora, se liberaron de aquel dolor a través del llanto. Se permitieron llorar libremente, no se juzgaban. Al contrario, podían entenderse.

Ambos se miraron a los ojos. Estaban llorosos, enrojeciendo por el llanto.

Kanao tomó la iniciativa, besando a Inosuke, el cuál correspondió. Eran almas perdidas, intentando encontrar esa felicidad prometida.

Pero Inosuke no besaba cómo Tanjiro, los besos de Tanjiro eran suaves, llenos de cariño. Inosuke besaba de manera brusca, sin controlarse.

E Inosuke podía pensar en que los besos de Aoi sin duda no tenían comparación alguna. Ella tenía una manera única de besar, podía transmitir todos sus sentimientos a través de un beso... Pero con Kanao no sentía nada.

Se separaron, observándose nuevamente. Ambos deseando por un momento que vinieran a sacarlos de esa oscuridad, de todo ese dolor.

Pero no fue así, la esperanza se destruyó tan rápido cómo apareció. Dejándolos en llanto nuevamente.

Se abrazaron, con fuerza, pero con cuidado de no lastimarse. Llorando sin control.

—El amor no debería doler tanto...— murmura Kanao entre hipidos, aferrándose a el para sentir aunque sea un poco de calor.

—Lo sé...— respondió el, aferrándose también. Necesitaba sentir que alguien lo quería, quería pensar que era Aoi quién lo estaba abrazando, mientras lo regañaba.

Kanao quería pensar que aquellas caricias en su cabello eran de Tanjiro.

Pero ambos sabían que no era así.