El infierno... Aquel lugar al que cualquier persona tendría miedo, un lugar lleno de almas en pena y demonios horrendos y malvados. Pero mi infierno no es un lugar, mi infierno es la zozobra de sentir que no me quieres, mi infierno es el frio de no tenerte conmigo y el miedo constante de no volver a hablar contigo. Este es el verdadero infierno. Es en el que siento que mi corazón tiembla de horror y escarba en lo más profundo de mis entrañas en busca de una salida de tal sufrimiento, en busca de los lugares en los que se sintió en el paraíso, buscandote a ti; pero en cambio lo único que obtiene es el punzante dolor de un desgarre, producto del esfuerzo por salir de mi pecho. Un dolor insoportable inunda mi pecho y comienza a viajar por el resto de mi cuerpo haciéndome temblar, haciéndome sentir en el mismísimo infierno, mi corazón llora desconsoladamente deseando que todo vuelva a ser como antes pero lo único que logra es desmoronarse dejando un vacío en mi pecho esperando volver a ser llenado por ti. Mientras tanto mi alma en pena yace en el infierno llorando en compañía de una luna roja que se alimenta de la sangre que brota de las heridas de mi corazón, siendo testigo de tanto sufrimiento, mi alma continúa en espera de tu improbable regreso, sintiéndose insuficiente y estúpida al amarte tanto, al haber confiado en ti, confianza que difícilmente entregaba. Mi mayor error tal vez fue haber abierto mi corazón contigo. Ahora como consecuencia me encuentro tratando de recuperar los pedazos de mi corazón, tratando de que pueda estar completo sin ti, pero lo único que logro es entrar en pánico al no lograr reconstruir mi corazón ahora vuelto cenizas. Mi corazón nunca volvera a ser el mismo que fué antes de ti.