En casa de los Tweak.

97 11 2
                                    


- Buenas noches, ¿Es usted Craig Tucker?- pregunto amable la señora de rubios cabellos a el joven de cabello oscuro.

- Así es, soy yo, mi superior me envió aquí para un "chequeo" en los alrededores de su hogar.- comento el joven haciendo énfasis en la palabra "chequeo".

- Oh, estás informado...- el tono de voz de la señora disminuyó, para después volver a hablar normalmente.- Mira, puedes pasar y adentro te explico, no quisiera que los vecinos se enteraran de esto, ya sabes que se crean esos rumores horrendos.- dijo esto último con indiferencia.

- Si, claro.- hablo cortante el joven pastor.

La señora le cedió el paso hacia dentro de la casa, al entrar el joven no pudo evitar notar que estaba bastante limpia y un embriagante olor a café artesanal lo sedujo por completo. Sin embargo no dijo nada hasta que se le ofreció sentarse en uno de los sillones marrones, a lo cual este accedió para así comenzar la plática con la mujer.

- Bueno... Verás, hijo- hablaba insegura y con una voz cortante la señora.- Supongo que te habrán contado que últimamente han estado pasando algunos sucesos que no me parecen... Lindos, muchas veces las cosas se caen y escuchamos- se detuvo al ver la cara de no comprender del joven- Uhm... Mi esposo y yo- rio suavemente a lo que el joven hizo un ademán de entendimiento- Bueno, hemos escuchado ruidos y a veces son muy molestos, no sé que son y ya ni siquiera puedo recibir visitas porque piensan que tenemos... Ratas- susurro- y no me gustaría que mis amigas crean que yo no limpio, ¿Lo comprendes no?- El chico se limito a asentir con la cabeza y preguntar lo de siempre.- ¿Ocurrió alguna tragedia con algún familiar? ¿Alguien cercano falleció? O... ¿Sabe si bajo la casa hay algo? No sé, un objeto ¿o algo parecido?-

La rubia se quedó callada pensando, no respondió por un tiempo. Cuando por fin respondió solo dijo que tal vez en el sótano, ya que ahí solía escuchar más "manifestaciones".

- ¿Me permitiría dar un vistazo?- pregunto el chico.

- Claro, te llevo.- Respondió la mujer mientras se levantaba del sofá.


×§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§×

Una vez estuvieron dentro del sótano la mujer dió rienda suelta al chico, diciéndole que a ella no le gustaba estar ahí, que si necesitaba algo le llamase y que permanecería arriba preparando bocadillos, el joven se limito a asentir y decir que lo dejara en sus manos.

Sin más, el joven Tucker comenzó con lo típico, saco de debajo de su vestimenta un crucifijo de plata y de su bolsillo la pequeña biblia en conjunto con un recipiente de agua bendita, comenzó a rocear el agua bendita por toda la habitación mientras caminaba y entonaba un rezo en voz baja.

- Shh...

Un sonido lo saco de su concentración.

- ¿Quién está ahí?- pregunto el joven ahora más concentrado.

No hubo respuesta.

"Por supuesto que no habla" pensó sintiéndose un poco tonto, sin embargo continúo, no fue hasta que una pequeña caja cayó justo detrás de el, decidido se acercó a ver, queriendo dar a entender que no tenía miedo de lo que fuera que hubiese allí "es una de las primeras leyes de la expulsión de algún mal" recordó las palabras de su superior. Abrió la caja como pudo y dentro encontró cosas extrañas, desde fotos de un niño que bien podría decir que padecía de sus facultades mentales por lo desalineado que se notaba, apesar de verse feliz en algunas de las fotos. Había también un llavero de una taza de café, un botón color verde pistache y un diario con forro de cuero y decorado con algunas pegatinas de diferentes cosas; Tucker se decidió a leerlo, parecía ser el diario de aquel chico de las fotos, tenía una letra bastante linda, pero que en ocasiones se iba de lado. Todo estaba bien hasta que llegó a cierta fecha, cuando el cumplió quince años (según lo que leyó anteriormente.)

×§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆§∆×

17 de Agosto: Mi cumpleaños.

Hoy es mi día especial, cumplo 15 años.
No estoy feliz, ayer descubrí porque soy así... Jamás me di cuenta, ¿Es raro no? Llevo drogándome desde que tengo diez años y nunca lo noté. No es mi culpa, yo no quiero, lo seguiré haciendo por ellos, por mis queridos padres, se que a ellos les alegrará el hecho de que seguiré fingiendo no  saberlo... Hablo de su secreto, yo lo sé.
Lo descubrí.

✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·

16 Agosto: Bye B¥€

Mis padres descubrieron mi diario y lo leyeron, me preguntaron sobre el secreto y les dije que me sentía drogado de tanto amor que me dan ¡se me da muy bien mentir! Lamentablemente.
Dijeron que escribir aquí me hace mal, me lo van a quitar, así que quise escribir por última vez, decir la verdad, creo que estoy muriendo físicamente.

Yo ya morí.

Hace años que fallecí.

Nadie lo notó.

✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩✩·.×.·✩

Termino de leer con un extraño mal sabor de boca, justo cuando terminaba de guardar los objetos dentro de la casa alguien abrió la puerta.

- ¿Señora Tweak?- preguntó.

Nadie hablo.

Los pasos se acercaron a el, así que decidió voltear la vista y ver quién lo acompañaba.

- Hola.

- Tu eres... Disculpa, creo que leí tu diario sin querer.- confesó un poco apenado.

- ¿Qué?- pregunto desorientado.- Oh... Eso, no te preocupes, es de hace unos años, ya no me importa en realidad.

- Entonces... ¿Eres su hijo? No te menciono en ningún momento.- dijo refiriéndose a la rubia.

-Ah si, es mi mamá, es porque se supone que yo debería estar en casa de un amigo, así que no le digas que me viste ¡Por favor!- Suplicó el chico mientras temblaba ligeramente.

- Si, tranquilo, así estamos a mano.

- Si.

No dijeron nada más, se quedaron mirándose fijamente hasta que un ruido se escuchó y el rubio salió corriendo escaleras arriba mientras pedía que guardara su secreto, recibiendo un "Ajá, claro" cómo respuesta. Después de un rato Craig salio del sótano tras aver terminado la primera sesión, le comento a la señora Tweak que necesitaba al menos dos sesiones más para determinar la causa de los extraños sucesos que estaba viviendo, a lo que ella se limito a aceptar todo lo que el chico dijo.

Craig Tucker salió de ahí con un raro presentimiento, con una foto del chico rubio en su bolsillo y el mismo escalofrío que había sentido al ver al rubio por primera vez.

1088 palabras.

Pueden informarme sobre cualquier error o duda y lo corregiré u responderé de la mejor manera posible.

Gracias por leer el primer episodio.

El se enamoro de mis demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora