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Una mano suavemente descuido tus mejillas, y otra círculo en tu cintura, acercándote lentamente.
Podías sentir a Michael Kaiser sonriendo por el beso, sentándose y colocándote en su regazo sin romper el beso.
Sus manos que se colocaron en tus mejillas y cintura se movieron hacia tu trasero, apretando suavemente, haciéndote ganar un gemido.
Te alejaste para tomar un respiro, sin embargo, Kaiser fue lo suficientemente rápido como para mantenerte en el lugar, colocando su mano en la parte posterior de tu cuello y pegando su frente a la tuya.
── Todavía no cariño, necesito tanto tus labios.── pronunció sin aliento, una risa escapó de sus suaves labios antes de chocar nuevamente con los tuyos.
Sentiste una lengua lamiendo tus labios, seguido de un mordisco en tu labio inferior.
── Abre, cariño.── sonrió cuando lo seguiste, una lengua deslizándose en tu boca tan pronto como lo hiciste.
Chupar, no devorar es en lo que Michael Kaiser es bueno y te lo está demostrando. Se alejó de ti, un hilo de saliva visible.
── Bien, ¿No es así?
── Si...── asentiste con la cabeza, antes de volver a unir sus labios con los tuyos.
Sus lenguas jugando al compás de ambos, el calor cada vez más los invadía.
Sentiste una mano tocar tu cuello, mientras la acariciaba está se dirigía a tu cintura masajeandola en el proceso.
── ¿Lo estás disfrutando, pequeña zorra? ── una sonrisa burlaba salío de los labios de Kaiser.
En ese momento no te importaba el trato que te daba, solo te dejabas llevar por la situación dejando un leve gemido por respuesta.
── Nunca pensé que mi novia fuera tremenda zorra.
Los ojos de Kaiser se dirigieron a los tuyos, esa mirada que tanto te mataba.
Kaiser era el hombre más guapo del mundo y solo para ti.
No importaba cuántas humillaciones recibieras, jamás lo dejarías.
Estabas atada a él, tu cuerpo y alma le pertenecían, no hay vuelta atrás.
── ¿Acaso te cansaste?
El siempre será el mismo idiota que conociste, tu idiota.
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