unico

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Iván realmente no sabía desde cuando comenzó a ablandarse tanto con Rodrigo y seriamente se preguntaba si debería comenzar a poner algunos límites.

De todas maneras no es como que nadie pueda culparlo, Rodrigo no tenía pinta de ser esta clase de persona pero, como no puedes juzgar a un libro por su portada Iván aprendió en estos casi seis meses de noviazgo, que de hecho Rodrigo podía ser bastante atrevido e imaginativo al querer intentar hacer cosas nuevas cuando tenían sexo.

Esta era la segunda vez que lo convencía de probar hacer algo diferente, Iván solamente aceptó fácilmente porque Rodrigo ya había comprado el vibrador a control remoto y porque honestamente no pensó que podría llegar a estar tan afectado por ese estúpido aparato.

Sin embargo, una vez más, se equivocó.

—Serían 3,650 pesos.—La amable mujer de la caja dice, sonriéndole amablemente mientras Iván copia el gesto y saca su billetera para pagar sus compras del súper con su tarjeta.

Por un segundo se siente a salvo antes de que Rodrigo apriete el maldito botón y el estúpido aparato dentro de Iván comience a vibrar fuertemente otra vez.

Iván simplemente comienza a mover la pierna fingiendo impaciencia, mientras voltea a ver a todos lados porque se estaba poniendo rojo y le daba mucha vergüenza mirar a las personas a la cara cuando el aparato de mierda ese estaba encendido y golpeando constantemente su punto dulce.

La verdad es que también le daba un poco de paranoia porque Iván sentía que todo su cuerpo entero vibraba y que la gente lo podía ver vibrar a él también e incluso tal vez pudieran oír el aparato moviéndose, cosa que obviamente era imposible pero el solo pensamiento lo hacía sentir muy expuesto y en pánico.

No intercambia más palabras ni gestos con la cajera una vez firma y recoge sus cosas, Iván quiere salir corriendo así que cuando finalmente puede, lo hace, mientras escucha la risa malvada de Rodrigo siguiéndolo hasta la salida.

—Hey, no más de veinte pasos porque se va la señal.—advierte Rodrigo mientras lo sigue.

—¿Por qué siempre lo encendés cuando hablo con personas pelotudo, queres que me de un infarto?—Iván lloriquea un poco y Rodrigo lo mira y le parece que se ve como un completo encanto. Con la cara visiblemente roja, visiblemente agitado y tal vez un poco avergonzado también.

Rodrigo recoge algunas de las bolsas del super y después abraza ligeramente por la cintura a Iván mientras caminan hacia su auto.

—Dale ¿Cuál sería el punto de encenderlo cuando no hablas con nadie? Así no es divertido. Además pensé que dijiste que no estabas tan afectado cuando te puse el vibrador hace unas horas atrás.

—Ni siquiera se porque te dejo hacerme esto.

Rodrigo sonríe satisfecho, y se inclina para dejarle un beso en los labios.

—Porque me queres y porque va a ser mi cumple.

—Mi cumpleaños es 2 días después que el tuyo boludo, ¿Por qué solo vos recibís regalo?

—Vos recibiras mi pija en un ratito lindo, el mejor regalo para vos.

El siguiente lugar a donde van es por un helado. No es la clase de cosa que hacen todos los días pero Rodrigo claramente quiere torturar aún más a Iván.

Iván agradece que al menos no encendiera el vibrador mientras pagaba los helados pero mientras iban de regreso, caminando por un pequeño parque, Rodrigo simplemente se alejó de él un poco y activo en el nivel más alto al vibrador.

El movimiento tomó por sorpresa a Iván quien incluso intentándolo, no pudo contener un jadeo, apretando las piernas y también el cono de su helado embarrandose un poco los dedos mientras apretaba el cono, tirando un poco de helado al suelo. Iván inevitablemente termina por recargarse contra una pared porque realmente siente que perdió un poco el equilibrio, escucha voces y pasos cerca pero baja la mirada porque no quiere saber si las personas lo notaron comportándose como un puto extraño o no.

𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐎𝐋 ━ carrera x spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora