Chayanne, Tu Patrón

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Nota: Es cortito, consiso y nada serio, así que no esperen mucho, jeje.

      —¡'Dito dios! ¡¿Qué es lo que pasa aquí?! —dijo Chayanne agarrándose la cabeza muy sorprendido. De pronto se despertó en un lugar que no era su casa y todo su ser se sintió fuera de lugar. Tomó un papel largo que había en la cama y se lo guardó para examinarlo luego. Corrió hacia afuera, y, en el trayecto, comenzó a bailar, pues se le habían ocurrido un par de pasos de baile para su show... a pesar de estar en una situación desconocida, estaba mal desperdiciar la inspiración cuando se le presentaba. Así que luego anotaría esa coreografía que se le había venido a la mente.

      Salió a fuera danzando, haciendo volteretas y dando bofetadas al aire con los pies mientras chasqueba los dedos de forma repetida y tarareaba un tema que había compuesto recientemente pero que aún no había lanzado. Se llamaba: Amor en tiempos de COVID. Iba a ser balada con toques de reggaeton porque lo obligaron.

      Chocó con una cubeta de madera gruesa llena de agua.

      Chayanne chasqueó la lengua y rápidamente levantó el cubo para que ya no se derramada agua. Decidió ver su reflejo porque... ¿por qué? No hay porqué. La persona que vio no era él. Era un chino con cabellera oscura y larga, casi; solo casi como Rapunzel, de tez tostada, musculoso y apuesto. Sabía reconocer un hombre guapetón cuando lo veía. Entonces tuvo una epifanía: había viajado al cuerpo de un carajito chino que se vestía de forma peculiar (Sí, así de fácil lo dedujo; es Chayanne, ¿qué esperaban?). Cuando se agachó para ver mejor, el papel que había guardado cayó de su pecho. Chayanne se enojó con el papel y le dijo:

     —Mira mi pecho, lo dejó abierto para que vivas en él... y tú te vas así como si nada. —Lo tomó y se encontró con una rollo interminable en el que se leía:

      Pasos para conquistar a mi shizun, Chu Wanning (si alguien encuentra esta lista, el que escribió esto no fui yo, fue el Patriarca Yiling).

Paso 1: Dejar de concentrarme en las ganas de follarlo y ser algo más respetuoso y sincero con él.

Paso 2: Ponerle el pie para que «se caiga accidentalmente» y así pueda tomarlo... de la cintura, ejem... y mirarlo con vehemencia para generar tensión sexual en el ambiente.

Paso 3: Follarlo contra un árbol... digo... decirle cosas lindas para que se moleste y me castigue, y así poder estar más tiempo con él.

Paso 4: Llevar a mi shizun a ver a Shi Mei bañándose para usarlo de referencia general, con el fin de que mi shizun puede comparar nuestras unidades, ver la gran diferencia y comprobar que otros no tienen el cetro que tengo yo.

Paso 5: Crear una poesía donde le cuente la cantidad de maneras en las que quiero foll... amarlo.

Pasó 6: Shizun, no te soporto, eres superlativamente maravilloso.

Paso 7: ¡Mierda, shizun! Si supieras cuánto te amo.

[...]

Paso 999.935.749: Subirlo a mi espada... no, a esa espada no... ejem... y declararme.

     Esa lista interminable se había convertido en un diario que involucraba una estrategia que abarcaba a miles de personas solo para conquistar a una sola. Y Chayanne se quedó traumado cuando leyó los pensamientos viciosos de este hombre. Ni siquiera pudo alcanzar a reflexionar en cómo es que sabía leer chino. Solo se quedó parado varias horas tratando de procesar las cosas arduamente, como si fuera un Intel Inside. Pero de pronto, entre tantos peñascos en esa tierra que antes era clara y ahora estaba enegrecida, recordó algo... ¡Sí! Hace mucho había publicado en Facebook que le recomendaran un libro, y un montón de cuentas con fotos de perfil de personajes de animaciones chinas resaltaron bastante. Varias de esas caras se parecían a la que había visto en su reflejo... Además... esos nombres, Mo Ran, Chu Wanning. Lo recordó: El perro promiscuo y su gato Tronco... no, no; así no era... El lobo tonto y su puma de madera... No, tampoco era así.

¡Chayanne Transmigró al cuerpo de Mo Ran!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora