Narra Lucie.
Yo soy de esas personas que buscaban ayuda al último momento, en cualquier lado.
-Sé que no fui la mejor de tus hijas.
Pero también, era de las que sabía que las cosas no se solucionaban con rapidez alguna.
Sucede que los humanos nos equivocamos, aunque a veces, ni rezando diez mil rosarios, podemos remediarlo.
Estoy en la iglesia tratando de remediar mis pecados. Ahora soy conciente de que abandoné a mis padres en el peor momento.
-Cuando era niña... pensaba que tú eras real porque me lo imponían pero ahora sé que existes; me estás enseñando el dolor. ¿Sacándome lo único que tengo harás que me arrepienta de haber abandonado a mis padres? Sé que nunca los valoré y llegue a odiarlos pero... no era necesario que te los llevaras contigo... O bueno, que estés a un paso de hacerlo.
Unos días después de que Colton me dijo que fuera junto a mis padres, eso hice y... Me di cuenta de lo mucho que los amaba.
Y también, de que estaba a un paso de perderlos.
Teresa se había fugado de la clínica en donde estaba internada, llevaron casi diez días buscándola y una noche, un camión chocó el auto de mis padres.
Hoy se hacían dos días desde que estaban en terapia intensiva. Hoy también se cumplieron casi ocho años desde que me fui de casa.
-¿Sabes...? Si ellos mueren, yo sé que te odiaré. No es tu culpa pero yo te la echaré a tí. Porque me permitiste desviarme o porque no me mataste antes, porque me diste libertad.
A veces quisiera volver el tiempo y decir a mis padres que los amaba más que a mi vida, y, que a pesar de odiarlos en el momento... Era más odio a mi misma por no poder hacer nada. ¿Cómo pude haber sido tan egoísta?
-¡Eso querías! Lastimarme...
Estoy en la Iglesia más cercana maldiciendo a un tipo clavado en una cruz... Eso hubiera pensado yo antes.
Ahora sé que Jesús no solucionará nada porque mi odio es vacío, en realidad, estoy desesperada.
-Si en realidad existes... Y si me estás escuchando, por favor, demuéstrame que vale la pena seguir viviendo.
Hola, soy Lucie Lacroix, la pseudo-atea que huyó de casa porque se avergonzaba de su familia y se enamoró de un chico malo. Ahora vivo en un suburbio y soy pobre. Hermoso, ¿no?
La vida es un asco.
-Él existe, pero solo se muestra a los que tienen fé -dijo una señora acercándose hasta donde yo estaba arrodillada. Se veía... especial.
Por su voz noté que era de edad avanzada, pero, su figura aparentaba tener treinta años, menos. Rubia de ojos grises, llevaba un vestido negro hasta las rodillas y mocasines gastados, se veía triste.
-Cuando yo era joven, pensé que él era real porque toda mi familia era fiel servidora de la Iglesia. Cumplí dieciséis años y comencé a dudar si él existía o no. Me embaracé a los diecisiete y me casé a los dieciocho culpando a Dios de mis desgracias. Mi esposo y mi hijo murieron cuando yo cumplí veinticinco y para entonces, lo odiaba.
La mujer habló como si me conociera de toda la vida.
-Yo asistí muchas veces a la Iglesia rogando una señal que nunca me llegaba, suplicaba pero nunca lo había hecho con el corazón. Estaba ciega en ese entonces porque mis peticiones eran vacías.
Yo estaba al borde de llorar.
-Él hace cosas increíbles... Pero te pide la cosa más simple a cambio; fé. Yo perdí a mi familia esperando una señal que llegó tarde. Niña, estás a tiempo para remediar tus errores. Hay un James Dean esperando afuera, dice que se llama Colton y que busca una tal Lucie, si te apresuras, capaz conoces quién es esa chica y la ayudas a lograr la hazaña de su vida.
》O bien, puedes quedarte aquí a echarle la culpa al que te dio la vida. Como te parezca mejor.
.
.
.Perder a quien amas, duele.
Pero saber que no estuviste a su lado, mata.
I can't believe what you said to me, last night when we were alone. You threw your arms up, baby you gave up, you gave up.
Luego de despedirme, fui hasta la salida de la Iglesia. Colton estaba ahí, sentado sobre su motocicleta y tenía sus ojos clavados en mí.
Me estaba diciendo algo.
I can't believe how you looked at me with your James Dean glossy eyes, in your tight jeans with your long hair and your cigarette stained lies.
Tenía un cigarrillo en la boca, una chaqueta de cuero, jeans azules gastados, una camiseta blanca y el cabello peinado hacia atrás. De seguro había contraído SIDA, maldito promiscuo.
Me hizo señas. Quería que me suba a su motocicleta.
Could we fix you if you broke and is your punch line just a joke?
Colton era perfecto.
Llegamos al hospital en tiempo record.
Hora y media para ser exacta.
I'll never talk again
Oh boy you've left me speechless
You've left me speechless, so speechless
And I'll never love again
Oh boy you've left me speechless
You've left me speechless, so speechlessYo quiero creer en las personas.
Quiero creer que Dios me ayudará.
Pero no puedo, me desmorono que facilidad.
En el piso de terapia intensiva sonaba la alarma de la enfermería, dos pacientes habían sufrido un paroncardiaco simultáneo. Fallecieron al momento.
¿Esa fue una señal?
En realidad, a lo largo de mi vida hubieron varias pero fue esta la que noté.
Y antes de que todo se hubiera puesto gris, divisé que a lo largo del pasillo, en la televisión, Lady Gaga explicaba su canción Speechless.
«Tengo muchos fanáticos encantadores y jóvenes, con problemas, pero quiero recordarles que solo tienen dos padres»
Me tiré a llorar.
Si antes me quejé de que nunca vi las señales.
Ahora eran más que obvias.
Ellos ya no estaban aquí.
FIN.
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That's all I am
Short StoryLucie Lacroix es joven e inexperta. Colton Torres es un boxeador bastante excéntrico. Juntos van a descubrir que la vida tiene sus castigos y recompensas aunque, ¿de qué forma será eso? #PremiosPremium