Parte 2

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💜 Les traigo la segunda parte, espero que les guste.

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Después de lo sucedido, Jungkook estaba feliz con sus avances con Jimin, quien seguía acercándose a él a pasos lentos, dándole su tiempo, cosa que el omega agradecía. Ya hacía un año que estaba sucediendo eso, al principio a Jeon le era difícil hablar con el mayor y estar cerca de éste sin que los nervios lo consumieran, pero poco a poco todo fue mejorando. Cada pasito hacía que el omega se emocionara tanto que al recordarlo diera vueltas en su cama por las noches a causa de la felicidad que le producía.

Uno de los pasitos fue cuando Jimin comenzó a buscarlo a su casa, para después ir juntos a la universidad los días que coincidían y también cuando salían los dos a tiempos parecidos. Al principio hablaban poco, sus cuerpos se rozaban al caminar y ninguno daba indicios para tomarse de las manos, a pesar que realmente lo quisieran, al menos hasta que a Jimin se le ocurrió algo.

— Quisiera tomar tu mano al caminar. — Sonrió al ver el sonrojo del omega. — Pero sé algo que podríamos hacer en su lugar.

Entonces el alfa acercó su mano a la de Jungkook y entrelazó sus meñiques. Esa simple acción calentó el corazón del menor y sus ojos adquirieron un suave azul, igual que los de Jimin, aunque los de éste eran más intensos. A partir de entonces, hicieron siempre eso.

El siguiente pasito fue en un día lluvioso, el cielo estaba gris y las gotas parecían que nunca iban a dejar de caer con intensidad. Jungkook miraba con desánimo el paisaje ante él, amaba la lluvia, pero no cuando estaba fuera de su casa y esta hubiese aparecido de improvisto, por lo que no llevaba paraguas consigo. Ya estaba meditando la idea de tener que mojarse.

— Aunque mires todo de esa forma, la lluvia no parará por arte de magia. — Dijo Jimin, situándose al lado del menor.

Jeon miró al alfa y asintió con la cabeza. Park sonrió, para después mostrarle su paraguas, el cual era lo suficientemente grande para que dos personas se cubrieran. Jimin siempre era precavido y en esa ocasión no fue diferente.

— Vamos Jungkookie. — Dijo, estando contento, ya que iba a compartir el paraguas con el omega.

El menor se sonrojó y más cuando Jimin le extendió su mano libre para que se acercara más a él y como otras veces, solo sus dedos meñiques fueron entrelazados. Esa pequeña acción ya era especial para ellos. El camino hacia la casa de Jungkook fue cómodamente silencioso, solamente teniendo de fondo el sonido de la lluvia.

— Llegamos. — Rompió el silencio.

Jungkook lo miró, habían llegado rápido a su departamento y no quería que el mayor se fuera, deseaba más pero sin saber bien qué. Por su parte Jimin lo miraba con atención, notaba lo nervioso que se había puesto el omega de un momento a otro. Entonces sus ojos se chocaron, siendo los del menor tan brillosos y azules y transmitían tanto que creyó sentir lo que realmente quería el otro.

— Jungkookie, esa forma de mirarme...

— Hyung, yo... — Miró los labios del mayor.

Entonces Jeon acercó su rostro al de Jimin y le dio un rápido beso en los labios, provocando una pequeña sonrisa de parte del otro. Cuando el menor lo miro, su corazón dio un salto al ver que el color azul invadió los ojos del alfa.

— Me hubieses dicho que querías que te despidiera de esa manera.

Jimin sonrió de forma encantadora, para después besarlo, lenta y suavemente, haciendo que Jungkook se sintiera volar. Ese día fue la primera vez que se besaban desde la vez que comenzaron a hablar. Sus despedidas como bienvenidas a partir de ese momento fueron así.

Unos de los pasitos más importantes fue el que el omega quería dar, sin embargo, Jimin se adelantó. Todo fue en aquella tarde soleada y ventosa, después de clases cuando habían ido a una plaza para pasar un poco de tiempos juntos.

— Jungkook. — Lo llamó, haciendo que el otro dejara de ver cómo las hojas de los árboles se movían para prestarle atención.

— Jimin-ssi. — Se sorprendió al ver los ojos azules del mayor.

— No quiero ser apresurado, no deseo presionarte... — Entrelazó sus manos con las del omega. — Eres un chico maravilloso Jungkook, amo cada pequeña cosa de ti, eres perfecto con todas las imperfecciones sin importancia que podés llegar a tener. Quería ir lento, a pasitos para no incomodarte, pero ya no puedo más.

Jimin lo iba a decir y Jungkook ya se estaba muriendo y rezando para que realmente fuera eso lo que saldría por la boca de su Hyung.

— Jungkook, el cielo de mi tierra, las estrellas de mi noche. ¿Quieres ser mi novio?

El omega quiso chillar y saltar de alegría, estaba lleno de emociones que explotaban en su interior y la más fuerte era el amor que sentía por Jimin. Los ojitos ya azulados de Jungkook se llenaron de lágrimas de felicidad mientras asentía varias veces con la cabeza y después se lanzaba a los brazos de su alfa.

— Sí. — Se escondió su rostro en el cuello de Park. — Obvio que quiero alfa, mi alfa destinado.

El mayor se sorprendió al escucharlo, era la primera vez que Jungkook lo llamaba así. Ellos sentían su gran conexión, sus almas se reconocieron desde el primer momento y sus ojos delataban que eran el uno para el otro. Había pocas personas que encontraban a sus destinados y ellos eran uno de éstos, pero nunca lo habían dicho en voz alta. El mayor abrazó a su omega un poco más, para después alejarse de él, lo suficiente para mirarlo a la cara.

— Mi dulce omega. — Acarició las mejillas húmedas del menor y luego lo besó, transmitiendo todos sus sentimientos.

Jimin y Jungkook seguirían avanzando a su pequeño ritmo. Quizás su relación se basara en ir a pasitos pequeñitos, poquito a poquito, pero cada uno de estos, aunque fueran lentitos y seguros, estaban llenos de amor. Era un hecho que iban a ver muchos pasitos más por delante.

Fin de la parte 2.

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💜 Me gustó mucho participar, gracias por la oportunidad.

💜 ¡Hasta la próxima!

Pasito - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora