redacción ୨୧ kookgi

★ - veintiuno.

Se encontraban en el cuarto de Yoongi. Besándose con cariño o eso creían. Las manos de Jungkook lo acariciaban por todas partes, excepto lo más íntimo. Sus manos tampoco estaban del todo quietas, a cada momento apretaba los bíceps de su novio.

Jadearon al sentir que la temperatura había subido drásticamente.

—¿qué... nos pasa?— se preguntó a sí mismo Jeon, recuperando aire.

—hormonas, bebé... hormonas— dijo entrecortado, hundiendo la nariz en el cuello de su novio para aspirar su olor y volver a verlo a sus ojos. —hueles a hormonas.

—¿y cómo sabes el olor de mis hormonas? No eres un animal, amor— rió y Yoongi volvió a aspirar a un lado de su cuello.

—lo sé porque al perder la audición, los otros sentidos se hacen mejores— dejó besos por el cuello de su novio y volvió a verlo con una sonrisa traviesa. —así que hueles muy bien a tu perfume de rosas con tu shampoo de coco mesclado con sudor. Pero hueles a algo diferente que no sé decir... así que asumo que son tus hormonas a flor de piel.

—huelo a "Quiero sexo".

—Resumiendo todo, sí— rió. —hueles a "Quiero sexo" ¿pero cómo lo vamos hacer si podemos hasta competir con el aceite extra virgen?

—¿y si le preguntamos a Hoseok y a Jimin? Ellos lo saben mejor que nadie y es mejor que hablar con un desconocido.

—no tengo nada contra los sexologos pero... sale más barato preguntarle a esos dos ninfómanos ¿no se cansan?

—creo que no, debe haber un motivo romántico o uno muy lujurioso— rió y besó la frente de su pálido. —amor ¿en serio quieres hacerlo?

—¿prefieres esperar a la boda?— se burló y vio como las mejillas de su pelinaranja se enrojecieron.

—n-no lo sé... siempre pienso en tu bien estar primero.

—entonces sí quiero— le acarició la mejilla. —confío en ti, lo sabes, maníaco avergonzado.

—bueno, si quieres, yo también— cerró los ojos, sintiendo el sueño invadirlo provocado por el cálido abrazo de su novio y la sábana. El cuarto a temperatura ambiente. —¿puedo dormir aquí cierto?

—mamá, papá y Dahyun te adoran mucho más que antes ¿tu que crees?— dijo Yoongi acomodándose para dejar besos en sus labios.

—cierto... ¿Yeon Ji es homofobica?

—ella no es una Min de sangre, o sea, no fue criada por una familia de mente abierta. Todos en los Min somos muy liberales. Por eso no me fue difícil decir que soy bisexual.

—¿tu primer beso fue...?

—una chica y me había gustado, luego me gustó un chico pero nunca le dije... y luego ya no quise saber porque mi adolescencia se fue al caño junto con mi audición.

—soy tu primer beso de lengua masculino, que alivio— suspiró y recibió un pequeño golpe. —Pero hey, ahora tienes un maníaco loco por ti.

—y no sé cuál es peor— bromeó ganándose el lloriqueo falso de su novio que solo pudo presenciar la trompita en los belfos de Jeon. —es broma, conejito. También estoy loco por ti ¿feliz?

—muy feliz... oye— recibió un murmuró para que hable. —¿en serio quieres quedarte conmigo? Tus acciones me hacen pensar que sí.

—Jungkook a esta altura del campeonato, ya no puedo pensar en el final de mi adolescencia sin ti. Sin el comienzo de mi vida adulta y universitaria sin ti. Sin una vida de sea lo que sea que seré en el futuro sin ti. ¿Todavía me preguntas si quiero estar contigo? Maldición, es lo que más quiero. Te quiero... te amo mucho y no sé... tal vez el único problema será si tu quieres quedarte conmigo— sonrió. —no lo sé. Soy muy aburrido, no compartimos muchos gustos... soy sordo, te tengo que mirar para poder hablarte... ah... no sé, tal vez encuentres alguien mejor.

—Gigi, no hay nadie mejor que tú— subió sus manos a sus mejillas viendo que había empezado a llorar. —mi único problema es que dejes de decir que te voy a dejar solo por tus defectos. Claro que me quiero quedar contigo. No eres aburrido, eres bastante interesante ¿por qué crees que no te dejé en paz? Cuando hablas de tus dibujos, siento que todos se callan y solo puedo mirarte a ti, tan lindo y tan hipnótico. ¿Qué tiene que no tengamos los mismos gustos? Aprendemos del otro y acabamos gustando de algo del otro, como cuando no conocías Cardigan de Taylor Swift y te acabó gustando.

—y a la final me gustó más Illicit Affairs— sonrió. Jungkook se había ofendido al no saber tantas canciones de Taylor y lo hizo leer la letra de varias, deseaba un día escuchar las canciones que le gustan a su chico. —entiende que no había forma de seguir sus canciones, bebé.

—al menos leer la letra hubieras seguido— puchereó y Min rodó los ojos con una sonrisa. —y por último. Antes hablábamos por escrito y seguiría hablando contigo así sino pudieras hablar y entender lo que digo. Mi amor, me enamoré de ti sin saber que podías hacerlo y sin que supiera me diste el voto de confianza de hablarme a mi primero— Yoongi no dejaba de llorar. Seguro salvó algún noble de morir en la vida pasada para darle un regalo tan divino como lo es Jungkook. —cielos. No hay nadie mejor que tú. Mi corazón anhela a Min Yoongi, que para mí ya es el mejor y no pienso soltarlo nunca.

El pálido empezó a reír aún llorando de emoción junto con Jeon que tampoco soportó la emoción y empezó a llorar también. Eran dos llorones emocionales.

Dahyun entró al escuchar los llantos y risas.

—¿¡Qué pasó!? ¿no rompieron, verdad? Si me dicen que sí, me corto con una cuchara— decía asustada al verlos así.

—es que-...— Jungkook respiró hondo.

—nos amamos tanto, hermanita— terminó Yoongi limpiando su cara. —nos tomó la emoción, tu tranquila.

—ay Afrodita, que susto— respiró aliviada. —vuelvan a su burbuja de amor y buenas noches.

—buenas noches— dijeron ambos.

Se miraron y decidieron no decir nada más. Ya estaba bueno de tantas cosas lindas.

—te amo— dijo Yoongi.

Jungkook se separó un poco de él y movió sus manos en libras:

"Yo te amo mucho más".

Se volvió a abrazar a él fuertemente y al fin decidieron cerrar los ojos. Pero Saja veía a Jungkook directamente, dándole un escalofrío.

—¿qué hice ahora?— el gato apenas se dio la vuelta y se acostó en su cama.

—solo te estoy aterrando psicológicamente porque ya no soporto tenerte en mi cuarto— maullaba el gato. Pero obviamente, para él, Jungkook es otro humano estúpido que no sabe lo que dice el felino.

—ay Gigi, que gatito tan raro tienes.