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10.EL PALACIO DE LAS CAMAS

THE LIGHTNING THIEF.

        EN LAS VEGAS nos subimos a un taxi como si realmente tuviéramos dinero. Aún estaba molesta.

¿Cómo rayos pude ser tan estúpida?

—A Los Ángeles, por favor —mascullé.

El taxista mordisqueó su puro y nos dio un repaso.

—Eso son quinientos kilómetros. Me tienen que pagar por adelantado.

Mire a Percy y a Annabeth. Le quité a Percy la tarjeta, con cuidado de no tocar su mano.

—¿Acepta tarjetas de débito de los casino? —pregunté.

El hombro se encogió de hombros.

—Algunas. Lo mismo que con las tarjetas de crédito. Primero tengo que comprobarlas.

Le tendí la tarjeta verde LotusCash. El taxista la miró con escepticismo.

—Pásela —le animé.

El hombre lo hizo. El taxímetro se encendió y las luces parpadearon. Marcó el precio del viaje y, al final, junto al signo dólar apareció el símbolo de infinito. Al hombre se le cayó el puro de la boca. Volvió a mirarnos, más específicamente a mí, con los ojos como platos.

—¿A qué parte de Los Ángeles... esto, princesa?

—Al embarcadero de Santa Mónica —me erguí en el asiento, con una pequeña sonrisa en su rostro. Los ojos de Percy fueron burlones hacia mí, ¿pero qué podía hacer? Me gustaba volver a ser tratada como a alguien de la realeza—. Si nos lleva rápido, puede quedarse el cambio.

Ahora que lo pienso, realmente desearía no haber dicho eso. El taxista ahora aceleraba a lo largo de la carretera, su cuenta kilómetros no bajó en ningún momento de ciento cincuenta por el desierto del Mojave. Agarré la manija por encima de mi cabeza, tratando de no mirar a ningún lado excepto al frente, temiendo vomitar.

Tuvimos tiempo de sobra para hablar. Percy nos contó su sueño más reciente: lo que podía recordar de él. Una vez que hubo terminado, me quedé muy confundida.

—¿Un título? —bajé las cejas—. Um... ¿qué tal el Silencioso? Le queda bien a mi padre.

—¿Plutón? —sugirió Annabeth, mirando en mi dirección—. Ambos son apodos para Hades.

Percy apretó los labios—. A lo mejor...

Pero no sonaba convencido.

—Aquí falla algo. El salón del trono no era la parte principal del sueño. Y la voz del foso... No sé. Es que no sonaba como la voz de un dios.

𝗔𝗟𝗟 𝗔𝗠𝗘𝗥𝗜𝗖𝗔𝗡 𝗕𝗜𝗧𝗖𝗛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora