El puro caballero Artorias no podía permitir que todo por lo que habían luchado, toda aquella tierra, quedase maltrecha y corrupta por el Abismo. Junto con Sif, Artorias descendió al mismísimo Abismo para presentar batalla contra el aberrante Abismo y poner fin a aquello.
Pero Artorias fallo. Incluso un caballero de tan pura voluntad sucumbió al Abismo ungüento devorado por este, perdiendo la razón y, en un ultimo intento por al menos salvar la vida de Sif, la escondió en una de las cavernas del Abismo protegida con su escudo bendecido. No había esperanza para la arruinada ciudad de Oolacile.
Muchos años mas tarde, alguien encontró un pendiente roto. El poder mágico que emanaba aquel pendiente era singular, tanto que aconteció un extraño suceso: una gran mano surgida de un portal a otro tiempo atrapo a esa persona y la llevo al tiempo en que Artorias había sido recientemente tragado por el Abismo. Este guerrero anónimo tomo la misión de rescatar a la princesa del Anochecer, ala cual ya había conocido anteriormente, incluso fue capaz de encararse con el mismo caballero Artorias, ahora corrupto, y darle muerte con un feroz combate.
Allí habían dos mas que conoció: Ciaran y Gough. Gough le relató sus historias de guerra y pensar contó que Ciaran, la chica que se encontraban entre los Cuatro Caballeros de Gwyn, tenía fuertes sentimientos hacia Artorias. Ella le pidió al guerrero que habia puesto fin a Artorias el alma de este para rendirle respeto a su tumba, puesto que pensaba que tan solo las flores que había recogido no le hacían justicia a alguien aquien amaba tanto.
