𝐀𝐓𝐓𝐄𝐍𝐓𝐈𝐎𝐍﹔soobjun (숩준)

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( 08 )

—¡Yo te lo dije! Creo que lo hiciste sufrir, Jun —le decía la pelinegra entre risas—. Pero lo importante es que al fin aclararon ese lío.

—Sí... —le respondió con una pequeña sonrisa.

A decir verdad, se seguía sintiendo extraño en un buen sentido, es decir, aún no se lo podía creer respecto a su nuevo cambio de situación, como si todo continuara como una simple ensoñación producto de su mente unilateralmente enamorada que no hacía nada por cambiar aquello, pero pasar de ahí hasta llamarse ahora novio del chico que creía tan ajeno a él y que en realidad siempre buscó la manera de cambiar ese asunto aunque de una manera levemente más interesada con demasiadas dosis de sutileza era aún increíble y demasiado para procesar dentro de su pequeña mente en la que no cabía la posibilidad de reciprocar todos aquellos curiosos y pequeños impulsos por tener algo que ahora ya tenía nombre.

—Por cierto... ¿tú sabías que Hyuka ama los peluches?

—Sí —le respondió tranquilo, ahora mirándola—, ¿por qué?

—Ganó tres para mí ayer.

—Oye, oye, oye —ladeó la cabeza a la vez que ponía una mano enfrente suyo, un ademán de detención—. Ustedes... están saliendo ya demasiado.

—¿Eh? ¿Y qué tiene?

—Sabes cómo se siente él respecto a ti...

—Bueno... pero no es como si me estuviera aprovechando.

—Lo haces —le asintió con la cabeza muy sutilmente—, porque ni siquiera has pensado en lo que sucede o cómo se siente él al saber que tú, según, no le correspondes pero le aceptas cualquier cita. Ji-In...

—Es difícil... —le respondió la chica, y él le palmeó amistosamente el hombro.

—Creo que tú también necesitas aclarar algunas cosas, pero primero hazlo contigo misma.

La vió soltar aire a la vez que asentía pequeñito, su típica señal de comprensión. La abrazó por unos segundos depositando unas pequeñas palmaditas en su espalda y entonces se movió de ahí para regresar a su asiento en su lado de la cama.

Permanecieron en silencio unos minutos que el mayor usó en buscar alguna solución siquiera anímica para su amiga. Buscó ponerse en su lugar para pensar qué haría si acaso se encontrara en esa situación, incluso volvió a exagerar algunas cosas, pero su hilo de pensamientos se depositaron solos en el cesto de basura imaginario que habitaba en su cabeza cuando el celular de la fémina emitió un sonido de notificación y la dueña inmediatamente fue a atender, y lo curioso del asunto era que ese sonido no se parecía en nada a los que sonaban en otras ocasiones, así que habría quizás dos razones para ello:

1. Ella había cambiado su tono de notificaciones y quizás también el de las llamadas de su celular.
2. Era algo personalizado que hizo específicamente para alguien.

Y cuando la miró de reojo y captó que se encontraba sonriendo en pequeño, sonrió él también con algo de malicia y diversión, y dejó a sus pensamientos fluir directo a su garganta.

—¿Acaso tienes novio y yo no sabía?

Se rió mentalmente al notar cómo en respuesta la chica alzaba la cabeza en su dirección de manera veloz y empequeñecía la mirada, como si estuviera recriminándole por decir aquello. Se rió más cuando la escuchó hablar.

—Uy sí... como si una no pudiera disfrutar de una conversación.

Sonrió a la mitad al negar con la cabeza.